Los senadores franceses Hugues Saury y Hélène Conway-Mouret han elaborado un informe sobre el presupuesto de defensa 2024 del país en el que expresan su preocupación sobre el futuro desarrollo de un nuevo sistema aéreo de combate (FCAS, por sus siglas en inglés) y un nuevo carro de combate (MGCS), en los que participa con Alemania, además de España en el caso del FCAS. “La industria no es muy optimista sobre las posibilidades de éxito de ambos programas”, explican en su trabajo, en el que apuntan como barreras para estos proyectos las discrepancia de París y Berlín en cuanto a las capacidades que precisan y el cronograma para obtenerlas, junto a sus diferentes intereses económicos. Todo ello, prevén, “dificultarán las perspectivas de pasar a la fase de producción y podrían debilitar la capacidad de defensa en el periodo 2030-2050”.
El informe sitúa en 2025 como el momento clave en el que Francia deberá decidir cómo va a sustituir su actual flota de carros de combate Leclerc, que es la que inicialmente contempla reemplazar con el MGCS que prepara junto Alemania, y de los aviones de combate Rafale, que prevé suceder con el avión de combate de nueva generación (NGF) incluido en el programa FCAS, en el que París está comprometido ahora con Berlín y Madrid.
Sobre el MGCS, el trabajo apunta que el lanzamiento previsto de una fase de estudio este 2024, a través de la firma de un documento con las necesidades operativas requeridas por ambos socios, tiene ante todo un carácter político, y “no se basa en una estrategia industrial compartida”, de modo que “la cuestión del futuro de nuestra capacidad blindada a medio plazo sigue sin respuesta”, continúa el texto, recogido por el portal francés Defence Aerospace.
Dudas sobre el interés industrial
Los senadores vierten también “dudas sobre el interés de los industriales alemanes”, al tiempo que destaca cómo el Gobierno alemán “sigue favoreciendo una solución que asocia a Rheinmetall con KMW y el calendario lleva un retraso considerable, ya que la primera capacidad operativa no se espera antes de 2040-2045”. Las dos citadas son compañías germanas, si bien KMW forma parte junto a la francesa Nexter del actual grupo KNDS, promotor de una iniciativa presentada en 2018 (denominada EMBT) para desarrollar un nuevo carro de combate conjunto que ahora Berlín está relegando frente a una opción local para responder a la convocatoria de la Comisión Europea de un futuro vehículo carro de combate (F-MBT).
Ante estos factores, al que se suma un cuarto relacionado con el escaso interés alemán por las soluciones de fuego francesas, que aseguran que están muy por delante, los autores proponen dos vías alternativas. Una pasa por la renovación total de los actuales Leclerc para prolongar su vida útil, y otra se centra en el desarrollo de un nuevo carro de combate, sobre el citado EMBT.
Programa de Rafale F5
Sobre el FCAS, que es un desarrollo más avanzado, el informe vierte dudas sobre “la continuación de este programa tras el vuelo del demostrador, ahora previsto únicamente para 2029”. En concreto apuntan a las consecuencias de la entrada de nuevos socios, lo que alude sin citar a Bélgica, cuya incorporación ya prevista paradójicamente ha promovido Francia, y que podría dificultar pasar a la fase de producción.
Aspecto de distintas versiones del programa franco-alemán MGCS. Imagen. DGA
Además, estiman que el precio del NGF se duplicará o incluso triplicará el previsto, al tiempo que puede resultar más difícil de comercializar a otros países por el veto que Alemania impone en ciertos casos a este tipo de operaciones, como ocurre en la actualidad con los problemas para vender Eurofighter a Arabia Saudí y Turquía.
Y finalmente, los senadores aluden al lanzamiento de una versión F5 del Rafale, que operará junto a un avión no tripulado en un programa que hace meses ya trascendió que podría poner en cuestión la idoneidad del FCAS para París, ya que con él podría contar con un desarrollo similar antes, más barato y totalmente nacional.