El avanzado sistema antimisiles israelí, la Cúpula de Hierro, desarrollada por la compañía local Rafael, está sometida desde el pasado 7 de octubre a su mayor desafío desde que entró en servicio, hace 12 años. Solo en dos semanas, Hamás ha lanzado en torno a 7.000 cohetes hacia Israel, obligando al Iron Dome (denominación en inglés como es conocido el sistema) a un esfuerzo que fue especialmente pronunciado el mismo día del inicio del ataque, cuando tuvo que hacer frente a al menos 2.000 cohetes, según los datos recogidos de West Point (la Academia Militar de Estados Unidos, USMA) por la cadena de emisora internacional pública estadounidense Voice of America.
Antes de este momento, el sistema de Rafael llegó a su punto máximo de rendimiento en mayo de 2021, cuando hizo frente en apenas diez días a los más de 3.000 cohetes lanzados también por el grupo islamista Hamás desde la Franja de Gaza. El sistema logró un ratio de neutralización del 90% de todos ellos, según aseguraron entonces las autoridades israelíes. Eso supuso que en poco más de una semana la Cúpula de Hierro interceptó más amenazas que en sus diez años anteriores de historia, en los que se estima en unos 2.500 los interceptados. Estas cifras, por tanto, han quedado muy superadas por las registradas en el último mes, en el que los cohetes que no han logrado interceptarse han acabado con la vida de más de una decena de personas, según los datos ofrecidos por Israel.
Básicamente, el sistema consiste en una serie de baterías, cada una con tres o cuatro lanzadores y 20 misiles acompañados de un radar que detecta los cohetes de corto alcance que conforman la amenaza. Cada misil lanzado para abatirla tiene un coste de entre 40.000 y 50.000 dólares, según el medio público estadounidense, que cita al grupo de expertos israelí del Instituto de Estudios de Seguridad Nacional. Tras el enorme gasto de funcionamiento del arma se encuentra la ayuda estadounidense, que ha ayudado en los costes de su desarrollo y en la reposición de existencias en momentos de conflicto como estos.
14.300 millones de EEUU
De ahí que el grueso de los 14.300 millones de euros que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, va a solicitar al Congreso en ayuda militar a Israel está previsto que se emplee en la defensa aérea y antimisiles del país,
Para abaratar el enorme coste de uso de la Cúpula de Hierro (cada uno de sus misiles es mucho más caro que el objetivo que abate), las autoridades israelíes anunciaron el año pasado el despliegue acelerado de unos nuevos interceptores basados en tecnología de energía dirigida láser. De esta manera se busca reducir los altos costes que actualmente supone el Iron Dome, al que pretende inicialmente complementar, y en el que se emplean misiles para abatir amenazas aéreas, como cohetes y drones empleados masivamente, al modo en que se está viendo estos días. El plan inicial pasaba por comenzar este año su uso experimental, para posteriormente iniciar su fase operativa, primero en el sur del país, que es precisamente la zona atacada ahora, y después extenderse a otros lugares.
La empresa explica que el sistema láser Iron Beam, como se ha bautizado a la versión láser, está preparado para derribar objetivos como vehículos aéreos no tripulados (UAV), cohetes y morteros por un coste que sus desarrolladores estiman en 3,5 dólares por disparo. El sistema, del que ya se ha documentado su capacidad para interceptar distintas amenazas, está en camino de convertirse en el primer sistema operativo de defensa basado en láser que intercepta de manera efectiva un amplio espectro de amenazas”, incluidos enjambres de mini-UAV (mini vehículos aéreos no tripulados), “con una precisión milimétrica desde un rango de unos pocos cientos de metros hasta varias millas”, según sus responsables.
Primer uso en 2011
El Iron Dome fue utilizado por primera vez en abril de 2011, hace por tanto 12 años y medio, cuando detectó y neutralizó un cohete lanzado desde la Franja de Gaza. Su radar detectó un cohete lanzado desde la Franja de Gaza y “en cuestión de segundos, se procesaron los datos transmitidos al denominado BMC (centro de gestión de combate) y los operadores de la batería tuvieron que decidir si activar un interceptor contra la amenaza”, relata el fabricante. Finalmente, con una “ubicación de impacto precisa proporcionada por el BMC, apuntando hacia el sur, a la ciudad israelí de Ashkelon, con una población de más de 130.000 civiles, los operadores decidieron lanzar un interceptor e hizo historia en los combates al interceptar la amenaza, evitando lesiones civiles y daños importantes a la propiedad”.
Al año siguiente, explican los responsables de Rafael, tuvo lugar la “primera actuación masiva y dramática del Iron Dome”, durante la denominada operación Pillar of Defense. En esa ocasión interceptó más de 500 amenazas diferentes, incluidos cohetes pesados, disparadas desde la Franja de Gaza hacia diferentes partes de Israel”.
El Iron Dome forma parte de un sistema de defensa mayor que incluye el llamado Arrow (flecha), encargado de interceptar misiles balísticos de largo alcance, y también el David´s Sling (Honda de David), destinado a dar cuenta de los misiles de medio alcance.