El Ministerio de Defensa recibió el visto bueno el pasado martes al techo de gasto del esperado programa del lanzacohetes de alta movilidad (Silam) para el Ejército de Tierra. El programa llevaba ya un tiempo en fase de definición y el Ministerio había reservado una primera partida en su presupuesto de este año para su lanzamiento, así que la aprobación de la financiación por parte del Gobierno era cuestión de tiempo.
La gran novedad está en el presupuesto del contrato. En principio, el Ministerio de Defensa contemplaba una inversión de 290 millones de euros entre 2023 y 2027, como publicó Infodefensa.com, sin embargo, el Gobierno ha aprobado una partida de 714 millones de euros –repartidos en el mismo periodo-, es decir, 424 millones más de lo presupuestado al inicio del programa.
Defensa no ha dado detalles por el momento de este incremento notable del presupuesto a un programa que está en las primeras posiciones de la lista de prioridades del Ejército de Tierra desde hace bastantes años. El Ejército, hay que recordar, perdió esta capacidad hace ya más de una década tras la baja de las últimas baterías Teruel, un lanzacohetes de fabricación española.
La referencia posterior del Consejo de Ministros solo indica que “el Ejército de Tierra ha puesto de manifiesto su necesidad operativa de dotarse de un sistema lanzacohetes capaz de proporcionar apoyos de fuego a distancia superior a la que permiten los sistemas de cañón, con gran precisión y una variedad de municiones que posibiliten la consecución de los efectos requeridos sobre distintos tipos de blancos”.
Entre los motivos que podrían estar detrás del aumento se encuentra la compra de un segundo grupo de lanzacohetes, algo que forma parte de los planes a medio y largo plazo, tras adquirir la capacidad nacional, pero que no estaba incluido al principio. El programa, según la información facilitada por el propio Ejército de Tierra, contemplaba de entrada la adquisición, con esos 290 millones previstos al inicio, de un solo grupo de artillería lanzacohetes con dos baterías y doce piezas en total. También incluía los vehículos de mando, reconocimiento y de apoyo a la operación, y, por supuesto, la munición. Otra posibilidad es que el pedido de munición -que al final se lleva buena parte del presupuesto total- aumente considerablemente, manteniendo el plan inicial de un solo grupo.
Programa nacional
El programa establece el diseño y desarrollo de un sistema lanzacohetes español, con apoyo de un tecnólogo extranjero. El objetivo inicial es adquirir, a través de la transferencia de tecnología, la capacidad de producción nacional, sobre todo, de las municiones, y, una vez conseguido esto, incrementar el pedido e incluso dar el salto a la exportación.
El principal candidato al programa en todas las quinielas es el sistema PULS de la israelí Elbit Systems, que tiene un acuerdo de transferencia de tecnología con Expal y Escribano para el sistema en España. Esta solución fue presentada en mayo en la Feria Internacional de Defensa y Seguridad (Feindef) por ambas compañías. Este lanzacohetes ha sido elegido recientemente por Países Bajos.