Infodefensa.com dialogó con el general de brigada Sergio Javier Pucheta, comandante de Adiestramiento y Alistamiento del Ejército Argentino y presidente del Consejo Superior del Arma de Artillería.
Pucheta, el general más antiguo del Arma, afirmó que la misma actualmente se encuentra "medianamente" bien equipada y explicó que dentro de los planes de equipamiento del Fondef está el reequipamiento de las brigadas blindadas con material autopropulsado tipo M109, para reemplazar los AMX-13 dados ya de baja.
El general también detalló que, dentro del proyecto para la compra de vehículos 6x6 u 8x8 para la brigada mecanizada a rueda, se están evaluando los obuses autopropulsados Caesar y Atmos. "Se están haciendo todos los estudios y tratativas", aseguró.
¿Cuál es el estado de la Artillería?
Hace unos años las tendencias a nivel mundial hacían creer a algunos pensadores que los tanques y la artillería iban a tener poco uso. La actualidad está demostrando que o estaban equivocados o ha cambiado la situación. Hoy, con la guerra que nos tiene preocupados a todos, si hay algo que da que hablar es el empleo de la artillería. Nuestro ejército, que no puede darse el lujo de movilizar y desmovilizar de forma repentina, mantiene un despliegue permanente, que intentamos que sea el mejor posible. Hoy la artillería está medianamente bien equipada y con proyectos concretos a los que tendemos. La artillería tiene dos grandes especialidades, la de campaña, con todo el apoyo de fuego superficie-superficie, y la antiaérea, artillería superficie-aire para proporcionar defensa ante posibles ataques aéreos.
¿Cómo está equipada la Artillería de campaña?
La Artillería de campaña es la que está mejor equipada, ha mantenido un nivel más o menos homogéneo. Cada una de las 11 brigadas cuenta con su grupo de artillería, todas con materiales relativamente modernos, mejorados con subsistemas de artillería más tecnológicos como el Sipaac (Sistema Integrado de Puntería Autónoma de Artillería de Campaña), o el Satac (Sistema Automatizado de Tiro de Artillería de Campaña). La masa del material de las unidades es el cañón Citer de 155 mm remolcado y el obús Oto Melara de 105 mm, remolcado o aerotrasportado. Este último se encuentra en las brigadas más livianas, la brigada de paracaidistas, las brigadas de monte y de montaña, porque es el material apto para operar en esas zonas. Las brigadas mecanizadas cuentan con el Vehículo de Combate de Artillería (VCA) Palmaria, con un cañón de 155 mm. Hay dos grupos de artillería, que son los de las brigadas blindadas, Brigada Blindada I y Brigada Blindada II, que históricamente contaban con el AMX-13. Por su natural desgaste en el año 2018, después de 42 años de servicio, fueron desprogramados porque ya no mantenían las condiciones de seguridad para poder ser empleados. Por lo cual, hoy en día esos dos grupos de artillería cuentan con cañones de 155 mm remolcados. Obviamente no tienen la capacidad total necesaria para apoyar en una operación convencional a una brigada blindada, pero si para mantener su aptitud. Dentro de los planes de equipamiento del Fondo Nacional de la Defensa (Fondef) está el reequipamiento de esas dos unidades, esperemos en el mediano plazo, con material autopropulsado. La idea es material tipo M109.
¿Y sistemas sobre ruedas?
La brigada mecanizada a rueda, dentro del proyecto que implica la compra de vehículos 6x6 u 8x8, debería tener su correspondiente sistema de artillería blindado a rueda. Ahí hay posibilidades del Caesar o el Atmos. Se están haciendo todos los estudios y tratativas. Una vez se defina el vehículo base, se decidirá cuál será el apoyo de fuego correspondiente. Además de los grupos de artillería con que cuenta cada brigada, existen unidades de apoyo de fuego general para reforzar los fuegos de las brigadas donde se los necesite. Esto está nucleado bajo la Agrupación de Artilleria de Campaña 601, ubicada en San Luis, de la que dependen tres grupos de artillería, Grupo de Artillería 7, ubicada en San Luis, el Grupo de Artillería 15, ubicado en Salta, el Grupo de Artillería 16, ubicado en Zapala, todos con baterías de 155 mm; una batería de adquisición de blancos, y una batería de lanzadores múltiples que está en San Luis con SLAM Pampero 105 mm, con 12km de alcance, y las coheteras CP-30, las más modernas del ejército, que en su concepción tenían 30 km de alcance con cohetes de 127 mm;
¿Y la artillería antiaérea?
La Artillería antiaérea es de gran importancia porque es la que permite dar cierta libertad de acción para que se muevan las fuerzas terrestres. Esta seguridad es un esfuerzo conjunto, donde las tres fuerzas proporcionan defensa a los puntos más críticos. La artillería antiaérea del ejército, luego de Malvinas, quedó muy diezmada. Lo mejor fue a Malvinas y quedó allí. Desde entonces hasta hace poco tiempo no hubo inversión. Todo el material de defensa aérea es muy tecnológico, a diferencia de la artillería de campaña, y por ende muy caro. Se hizo un gran esfuerzo en mantener lo que se tenía que son cañones Oerlikon bitubo de 35 mm y cañones Hispano-Suiza de 30 mm. Hoy se ha dado un salto cualitativo con la incorporación de los RBS 70, y la compra de radares. La artillería antiaérea hace dos años, de a poquito a comenzado a recomponer su situación. Obviamente falta mucho, pero estamos confiados en que se va a avanzar en el reequipamiento y el consecuente adiestramiento.
¿Qué me puede comentar de las piezas de artillería de la familia TAM?
La empresa TAMSE tuvo un gran desarrollo en la década del ’80. Se hicieron alrededor de 200 tanques con cañón de 105mm, de los cuales algunos ahora se están modernizando, se hizo otra cantidad de VCTP (Vehículo de Combate de Transporte de Personal), con cañones de 20 mm, se hicieron VCTM (Vehículo de Combate Transporte de Mortero), puesto comando, el Palmaria, y un prototipo de un VCLC: Vehículo de Combate Lanza Cohetes, que quedó tan solo como prototipo.
¿Cómo se prepara un grupo de artillería?
Como todas las unidades, la instrucción se inicia del nivel más bajo hasta el nivel más alto en lo que hace a organización. Desde la instrucción básica, el pelotón, donde un suboficial instruye a sus soldados en el uso de una pieza de artillería, o como opera un grupo topográfico, o un grupo de dirección de tiro, o un grupo de observación, que son los distintos subsistemas que tiene la artillería. Luego se integran en el nivel de subunidad, donde se hacen los correspondientes ejercicios, que van desde ejercicios en el aula, en simulador, hasta salir al terreno. Posteriormente se integran en su unidad y ahí se empiezan a ejercitar las dos secciones que tiene una batería normalmente en forma reunida. También se realizan trabajos en la mesa de arena, porque hay que preparar a los oficiales en la impartición de órdenes, y luego se sale al terreno. A nivel unidad donde ya salen todas las baterías que componen un grupo de artillería hay instrucciones que se pueden hacer en el cuartel, otras que necesariamente hay que hacer en el campo. Posteriormente, si es posible, realizar ejercicios a nivel brigada, donde se integran las distintas armas, ya que esa es la finalidad última.