El Gobierno de El Salvador ha entregado cascos balísticos y fusiles a la Fuerza Armada del país, como parte del equipamiento al personal militar que participa en el Plan Control Territorial y la reciente guerra contra pandillas criminales.
El ministro de Defensa, vicealmirante René Merino, entregó esta semana un primer lote de fusiles M16A1 y ametralladoras que, posiblemente por lo que se aprecia de las imágenes, podrían ser M204 o M240, esto ante la costumbre de las autoridades salvadoreñas de nunca detallar estos aspectos técnicos.
Esta dotación de armamento habría sido financiada por los recursos millonarios que han sido aprobados por el Congreso la semana pasada por 80 millones dólares, de los cuales 20 millones corresponden a Defensa, como parte del refuerzo presupuestario ordenado por el presidente Nayib Bukele por la guerra contra las pandillas.
"Los recursos asignados por el señor presidente, para la guerra contra las pandillas están siendo entregados de inmediato a la Fuerza Armada. Este día dotamos de armamento nuevo a la Primera Brigada de Infantería de Marina, que se encuentra ejecutando el Plan Control Territorial”, dijo Merino.
Fusiles de segunda mano
Sin embargo, aunque el ministro Merino dijo "armamento nuevo", el M16A1 se fabricó hasta 1982 y estuvo en servicio con el Ejército estadounidense hasta principios de la década de 2000, por lo que se presume que son parte de esos lotes de fusiles de segunda mano ya descartados por Estados Unidos aunque remozados.
Además, esta inquietud de sustituir los fusiles de la tropa salvadoreña no es nueva, pues se habló al respecto en 2015, al inicio de la administración del presidente Salvador Sánchez Cerén (2014-2019).
Por otro lado, la semana antepasada, Merino también entregó un primer lote de cascos balísticos a los miembros de Fuerzas Especiales, como parte también de su equipo de protección para enfrentar el combate a las pandillas criminales.