Los ministros de Exteriores y de Defensa de los 27 miembros de la Unión Europea (UE) han aprobado la Brújula Estratégica propuesta por el máximo representante de la diplomacia y la seguridad europea, Josep Borrell. En ella se marca la línea geopolítica común para enfrentarse a nuevas amenazas. El acuerdo incluye la creación de una fuerza de intervención rápida, formada por 5.000 militares para desplegarse en situaciones de emergencia. Borrell insiste en que no se trata del germen de un Ejército Europeo, sino de una fórmula para que los países miembros se coordinen más eficientemente en materia de defensa y mejoren su condición de socio dentro de la OTAN.
La decisión de los titulares de Exteriores y Defensa de la UE debe ser ratificada este jueves por los jefes de Estado y de Gobierno. El plan contempla 2025 como el año en el que la nueva fuerza, conformada modularmente, sin estructura fija, por medios aportados de los Estados. Su propósito, en palabras del alto representante de la diplomacia y la seguridad europeas plasmadas en el documento, es “actuar con mayor rapidez y decisión ante las crisis; proteger a nuestros ciudadanos contra las amenazas que cambian rápidamente, invertir en las capacidades y tecnologías que necesitamos, y asociaciones con terceros para lograr objetivos comunes”.
Si se cumple el cronograma previsto, este mismo año la UE debe haber acordado los escenarios operativos y los planes como paso encaminado a que en 2023 comiencen a realizarse maniobras militares para preparar la interoperabilidad de las fuerzas.
La creación de este recurso conjunto de despliegue rápido no es una respuesta directa a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, iniciada el pasado 24 de febrero, sino que ya estaba programa. El pasado noviembre fue presentada por Borrell, dentro de su propuesta de Brújula Europea, tras meses de trabajo detrás.
Caótica salida de Afganistán
Más peso para impulsar este desarrollo fue la caótica salida de las tropas occidentales de Afganistán el pasado agosto. En su presentación, el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de seguridad apeló entonces a la necesidad de “aumentar nuestra capacidad de actuar de manera autónoma, cuándo y dónde sea necesario. ¿Fuimos capaces de asegurar el perímetro del aeropuerto de Kabul? Los americanos fueron capaces, nosotros no”.
Borrell, en todo caso, señaló a mediados de noviembre, cuando presentó este documento a los 27, que entre las circunstancias que daban un cierto impulso a esta estrategia se encontraba la agresión que en aquel momento estaba sufriendo Polonia por parte de Bielorrusia, que estaba utilizando, con apoyo de Moscú, la desesperación de miles de migrantes para presionar sobre sus fronteras. Europa calificó esa actuación de Minsk de ataque híbrido. Meses después, la presión se ha incrementado, esta vez con un ataque bélico en toda su expresión sobre Ucrania, a las puertas de la OTAN.
Con la luz verde ahora a este plan, en cuyo consenso llevan trabajando los 27 desde al menos hace cuatro meses, se cumple el calendario previsto, que marcaba marzo como el momento señalado para sacarlo adelante.