Desde anoche se encuentra en Marruecos el ministro de Defensa de Israel, Benny Gantz. Once meses después de que ambos países normalizaran sus relaciones, sus titulares de los departamentos de Defensa han acordado formalizar una alianza de cooperación militar. El momento se produce en medio de los enfrentamientos que desde hace unos meses tienen lugar sobre el Sahara Occidental y del desencuentro que mantiene Rabat con Argelia, que el pasado agosto rompió relaciones diplomáticas con su vecino del noroeste.
La visita, que está previsto que concluya el jueves por la noche, es la primera de la historia que realiza un ministro de Defensa israelí al país del norte de África. Su plato fuerte es la firma de un memorando de entendimiento que recogerá la cooperación en defensa de los dos países, con el ministro marroquí de Defensa, Abdellatif Loudiyi, como contraparte. Se trata de un encuentro pergeñado para “sentar las bases para toda cooperación de seguridad futura entre Israel y Marruecos”, de acuerdo con una fuente citada por la agencia AFP. El interlocutor reconoce que hasta el momento “ha habido cierto nivel de cooperación” israelo-marroquí, pero esta firma “realmente lo formaliza”.
Israel y Marruecos ya trabajaban, entre otros, en un proyecto que permitirá a Rabat fabricar drones militares, y que estaba previsto que el memorando suscrito ahora consolidaría, a través de nuevas alianzas para desarrollar una industria en Marruecos relacionada con la producción de munición merodeadora, también conocidos como drones kamikazes.
También se ha adelantado el suministro previsto a Marruecos del avanzado sistema de defensa antiaérea israelí Iron Dome (Cúpula de Hierro), un desarrollo que durante sus diez años de existencia ha permitido a Tel Aviv interceptar miles de cohetes procedentes del territorio palestino de la Franja de Gaza, y que únicamente se ha acordado facilitar de momento a Estados Unidos. En este contexto, esta semana se ha acordado la compra del sistema antidrones Skylock Dome, de la compañía israelí Skylock Systems (filial del Grupo Avnon) para fortalecer las capacidades defensivas marroquíes.
Posible espionaje a Macron
Entre los sistemas de defensa y seguridad que Israelí ya ha suministrado a Rabat también se encuentra el software espía Pegasus, de la compañía NSO, con el que según Amnistía Internacional, entre otras organizaciones, Marruecos ha espiado al presidente de Francia, Emmanuel Macron, algo que las autoridades del reino norteafricano han negado.
Rabat está protagonizando en los últimos años un proceso para la renovación y, sobre todo, la modernización del material y el equipamiento de sus Fuerzas Armadas Reales, que tiene como principales suministradores a Francia y Estados Unidos, y al que ahora suma a Israel, en el marco de normalización de ambos países de hace casi un año.
La normalización de relaciones entre Israel y Marruecos se oficializó el pasado diciembre con el impulso de la administración del entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que a cambio reconoció la soberanía marroquí sobre la antigua provincia española del Sáhara Occidental. Sobre este territorio en conflicto volvieron hace ahora un año, tras el largo periodo de paz que acordaron en 1991 ambas partes: Marruecos y el Frente Polisario, que actúa en nombre de los antiguos habitantes de la región que escaparon a Argelia tras la ocupación que protagonizó el primero.
Petróleo frente al Sáhara Occidental
El periódico The Times of Israel recoge la opinión de un experto israelí en Marruecos, Bruce Maddy-Weitzman, indicando que con el acuerdo militar de esta semana Rabat podría estar tratando de demostrar tanto “a sus rivales argelinos” como a Occidente “que están profundizando su relación con Israel
Se da la circunstancia de que la compañía israelí Ratio Petroleum anunció el mes pasado un acuerdo con Marruecos para realizar áreas de exploración en las costas de Dajla, ciudad sureña del Sáhara Occidental conocida como Villa Cisneros durante el periodo español.
Marruecos llevaba desde el año 2000, al inicio de la Segunda Intifada, sin mantener relaciones normalizadas con Israel, hasta que en diciembre pasado se restablecieron. En torno a 700.000 israelíes, casi el 8% de la población total del país, son descendientes de marroquíes, según recuerda el citado medio israelí.