El Ministerio de Defensa no tiene dinero para nuevos programas de armamento. La secretaria de Estado de Defensa, Esperanza Casteleiro, ha expuesto en su comparecencia en la Comisión de Defensa del Congreso que, si mantienen las previsiones financieras, el departamento tendrá muy complicado poner en marcha programas de adquisición de nuevas capacidades durante los próximos siete años.
En concreto, Casteleiro ha advertido de que “con respecto a los programas especiales de modernización, los compromisos de gasto contraídos para los programas en cursos agotan en su totalidad el escenario de disponibilidad financiera que está prevista hasta el ejercicio 2027 incluido, lo que en principio dificultará enormemente que demanden pagos antes de 2028”.
Estas declaraciones de la secretaría de Estado, aunque alarmantes, no son del todo nuevas. Hace justo un año, también en una comparecencia en la Cámara Baja, Casteleiro ya advirtió de la delicada situación financiera del ministerio y aseguró que hasta el 2028 no sería posible poner en marcha nuevos programas de armamento. Un año después la situación no ha cambiado.
Casteleiro reconoció que también “tenemos que mejor” en los créditos destinados a la modernización del resto de sistemas y equipos, no incluidos en los programas especiales, y el apoyo logístico y sostenimiento de todos ellos. Este apartado, “que -subrayó- arrastra un notable déficit estructural”, crecerá en el presupuesto de 2022 en 35 millones. A pesar de la falta de dinero para nuevas capacidades nuevas y sostenimiento, el presupuesto del Ministerio de Defensa volverá a crecer ligeramente en las cuentas presentadas por el Gobierno para el próximo año. El departamento que dirige Margarita Robles dispondrá de 10.155 millones de euros, lo que representan un aumento de un 7,9% (743 millones) respecto a este 2021.
Los créditos para los Programas Especiales de Modernización también suben, un 21,6%, hasta los 2.848 millones de euros, 500 más que en el presente ejercicio. En este caso, Casteleiro explicó que este aumento permitirá afrontar el crecimiento de los compromisos financieros contraídos para los programas en años precedentes, estimado en 135,5 millones, y la implantación de nuevos proyectos.
Defensa, recordó la Sedef, ha aprobado este año varios programas: el Futuro Sistema Combate Aéreo (FCAS) por un importe de 2.500 millones de euros a abonar en siete anualidades; tres A330 MRTT con un presupuesto de 675 millones a financiar en cinco anualidades; 18 helicópteros H135 por un importe de 178 millones entre los años 2023 y 2026; y el nuevo buque de acción marítima para intervención subacuática (BAM-IS) con una inversión total de 183 millones.
Industria de Defensa
Casteleiro asimismo defendió que tanto la inversión en nuevos programas como en el sostenimiento de los medios “contribuye de manera sustancial a mantener y potenciar el tejido productivo de la nación”. Y añadió: “Particularmente, el incremento de estas inversiones está orientado en gran medida a fortalecer nichos tecnológicos de gran valor añadido y con un alto contenido dual, que permitirá a nuestra industria posicionarse a nivel adecuado en los mercados internacionales y competir en igualdad de condiciones. Importantes inversiones que irán dirigidas a sectores estratégicos para la defensa, que han sufrido dificultades significativas a causa de la pandemia”.
También recordó la inversión en la industria de defensa “no es sólo el vehículo para dar respuesta a las necesidades de las FAS, garantizando la idoneidad del equipamiento que utilizan nuestros Ejércitos y Armada, sino que además es un instrumento clave para el impulso y la recuperación económica y social del país, pues genera grandes retornos por la actividad que desarrolla, que contribuyen al crecimiento del PIB nacional y constituye un elemento tractor de empleo directo de alta calidad, así como indirecto e inducido, que ayudará a mantener y crear puestos de trabajo en zonas con altas tasas de desempleo”.