Indra ha completado con éxito los primeros vuelos de su avión opcionalmente tripulado (OPV) Targus. La empresa española ha realizado una serie de vuelos experimentales en Galicia en espacio aéreo no segregado con esta aeronave de 1,25 toneladas de peso y once metros de envergadura.
En el mes de diciembre, Indra recibió el permiso de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) para iniciar las pruebas de vuelo de su OPV Targus, considerado como uno de los mayores y más avanzados drones civiles en desarrollo en Europa. Este sistema es uno de los proyectos de la Civil UAV Initiative, la propuesta de la Xunta de Galicia, a través la Agencia Gallega de Innovación (GAIN).
"Ningún otro UAV de nuevo desarrollo había obtenido antes permiso para realizar unos vuelos como estos, lo que marca un hito para la aviación española y supone un paso adelante para el desarrollo de este sector", subraya la empresa. Durante los vuelos en el espacio aéreo no segregado, la estación control en tierra ha tomado los mandos de todos los sistemas y sensores del avión tras el despegue.
"Se ha probado también el comando manual remoto con las protecciones automáticas del autopiloto -lo han estado volando nuestros pilotos de RPAS- y todo ha ido a la perfección", explica la compañía a Infodron.es.
El primero de estos vuelos se realizó el 24 de junio y con él se inició una serie de pruebas que se han extendido durante las últimas dos semanas. Todas ellas, se llevaron a cabo bajo las condiciones de vuelo aprobadas por EASA y con el permiso de vuelo emitido por la Agencia Estatal de la Seguridad Aérea (AESA).
A bordo del Targus, el piloto de pruebas se encargó de realizar la maniobra de despegue para, una vez en el aire, ceder a la estación de control en tierra el mando de la aeronave. Los ingenieros de Indra y Gaerum se encargaron de verificar que todos los sistemas de control de vuelo y sensores funcionaban correctamente. Además, se estableció un protocolo especial de comunicación con el control aéreo del aeropuerto de Santiago de Compostela.
La estrategia de Indra de desarrollar un dron que puede llevar a un piloto en cabina "supone una gran ventaja operativa para los futuros usuarios, que podrán sobrevolar zonas urbanas o aterrizar en aeropuertos sin restricciones de forma tripulada y volar sin piloto al llegar a la zona de operaciones", añade la empresa. El proyecto afronta ahora el último tramo para completar el desarrollo del OPV este mismo año.
El Targus efectuará misiones de vigilancia y salvamento marítimo, control de caladeros, protección medioambiental, detección de vertidos en el mar, control del uso del suelo, del patrimonio y apoyo en la lucha contra el fuego.
En las últimas semanas, Indra también han iniciado las obras de su hangar experimental en el polígono industrial de Rozas (Lugo). Se trata de una nave de 2.000 metros cuadrados de superficie, en el que se llevarán adelante las pruebas y labores de experimentación de los UAV. El presupuesto de construcción de dicha nave asciende a un millón de euros y el plazo de ejecución de las obras se ha fijado en seis meses.
En la sección de oficinas de las intalaciones desarrollarán su trabajo 25 personas, que desarrollarán productos aeronáuticos para el Targus y para el avión de vigilancia P2006T MRI.