Navantia mantiene en un 6 su recuperación económica pese a la pandemia

La pandemia ha pasado factura a la industria nacional y Navantia no ha sido ajena a ello. No obstante, y pese al impacto negativo de la pandemia, el astillero ha logrado mantener la senda de la recuperación económica en la que está inmersa desde hace tres años con un 6% respecto al ejercicio anterior (2019). Esto no quiere decir que la empresa haya tenido beneficios, sino que pierde cada vez menos gracias a una estrategia de recuperación económica tan afianzada ya en el astillero que la pandemia no ha conseguido desmontar.

El mantenimiento de esa senda de mejora se explica, entre otras cosas, por el esfuerzo realizado en capítulos como las en el Plan Estratégico 2018-2022, que aumentaron en casi un 75%. Las mejoras también se notan en los préstamos que ha necesitado de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), su accionista único, que han descendido un 54%. Donde sí que se notó la pandemia, la suspensión de la producción por el confinamiento y la paralización generalizada de los mercados fue en la cartera de pedidos, que cayó un 5,7% respecto a 2019, y en el importe neto de la cifra de negocio que bajó un 8,7%.

Unas pérdidas aceptables

En total, según los cálculos del astillero, el impacto de la Covid-19 en el resultado de 2020 fue de 78,4 millones de euros. Si hablamos en dinero contante y sonante en vez de porcentajes, la cifra de negocio de Navantia pasó de los 1.237 millones de euros de 2019 a 1.129 en 2020. Según los cálculos del astillero, el ejercicio arrojó un resultado negativo de 137,7 millones y la empresa recibió de la SEPI 160 millones en préstamos participativos netos frente a los 344 de 2019. La cartera de pedidos pasó de 8.305 millones en 2019 a 7.851 millones en 2020, pese a los cierres de instalaciones por la pandemia y la paralización de las contrataciones la caída no ha sido estrepitosa debido a que se mantuvo la ejecución de los contratos existentes.

En el ámbito puramente militar, el astillero logró cerrar un nuevo contrato con Noruega para la tropicalización de una de sus fragatas y avanzó en los que ya tenía cerrados. El astillero entregó a la Real Marina Australiana el tercer AWD, el Nuship Sydney, y partió desde Ferrol el primero de los dos buques logísticos AAOR, el Nuship Supply. También se botaron en Cádiz las dos primeras corbetas para Arabia Saudí (otros dos se han botado este año) y en Cartagena se finalizaron las pruebas del sistema de propulsión independiente de aire (AIP) del S-80 (el S-81 se puso a flote este año).

Un balance positivo para la empresa

En términos generales, el balance de 2020 ha sido positivo para el presidente de la empresa, Ricardo Domínguez, que al respecto explicó que “Navantia continúa avanzando firmemente por la senda marcada en el Plan Estratégico, que nos brinda herramientas para hacer frente a la incertidumbre consecuencia de la pandemia y poner las bases para, como empresa pública, contribuir a una recuperación justa y sostenible”.

En 2020 también ha conseguido mantener su Plan de Empleo y Rejuvenecimiento de plantilla, con un aumento de la misma de 22 empleados. A lo largo del año se realizaron 314 nuevos contratos, el 64% de ellos menores de 35 años y el 27% mujeres.

La empresa también avanzó en el ámbito civil con su apuesta por las energías verdes y en julio se hizo con el mayor contrato hasta el momento en energía eólica marina conseguido por la empresa para construir 62 cimentaciones fijas para un parque eólico en la Bretaña francesa.