El foro 2017 de Infodefensa.com con presencia de los cuatro partidos políticos nacionales, se ha centrado en el análisis de las inversiones y de su impacto en el empleo. El debate ha sido sin duda muy enriquecedor para percatarnos que seguimos estando muy lejos de una política de defensa equiparable con la de nuestros aliados. El declive de la inversión y del empleo cualificado en el sector son sin duda magnitudes muy relevantes, pero que ignoran dos elementos que ahondan la gravedad de la situación. Por una parte, los recursos humanos que se pierden no vuelven y no son fácilmente sustituibles; en definitiva, hay una larga y constante pérdida de inteligencia en la industria; por otra, que un incremento del presupuesto brutal el año que viene no podría ser absorbido por la industria nacional que necesitaría años de inversiones y de recursos para volver a posicionarse como un proveedor de referencia de las fuerzas armadas para las próximas décadas.
No podíamos esperar de un debate político que se profundizaran en los muchos problemas que aquejan la vida diaria de nuestras fuerzas armadas; ni siquiera que se discutiera sobre el nivel de gasto en defensa. Pero si me quedaré con algunas afirmaciones de los intervinientes que me gustaría destacar.
El representante de Ciudadanos indicaba que debemos reforzar la imagen benefactora y de acción en el exterior de nuestras fuerzas armadas evitando dar la imagen de que tenemos un ejército para hacer una guerra. Gran error. No tenemos a las fuerzas armadas para proteger centrales nucleares, ni para coadyuvar en desastres internacionales, ni siquiera en operaciones internacionales. La misión de las fuerzas armadas y por ende del gasto en defensa es la paz en nuestro territorio y a nuestros conciudadanos. Y para ello como dice el aforismo latino debemos prepararnos para la guerra. El 90% del presupuesto de inversiones se gasta en aviones de combate, en misiles, en carros de combate, es decir en elementos diseñados para el combate, y ésta es la mayor garantía de nuestra seguridad. Que esos medios y esa disciplina tan caracterizada sean útiles para otras muchas funciones del estado, es correcto y necesario, pero no confundamos el objetivo, porque entonces vamos a diseñar unas fuerzas armadas muy apreciadas por todos los desheredados del mundo, pero incapaces de proveernos de seguridad.
El representante y amigo del Partido Popular Carlos Aragonés, llamó la atención sobre el papel de Europa y de las misiones internacionales. Europa no va a ser la panacea de nuestra defensa, porque son muy distintos y distantes los intereses de seguridad. Tenemos la impresión de que nuestra colaboración en las organizaciones internacionales de seguridad y defensa sirven mucho más a objetivos estratégicos que a las propias necesidades de seguridad de España. Por ello, debemos ser autosuficientes en proveernos de la defensa que requieren las amenazas a nuestro territorios e intereses. La supremacía militar frente a nuestros vecinos del sur es inexcusable. Y no porque estos gobiernos no sean amigos, sino porque la inestabilidad puede adueñarse de ellos y tener a un Libia a 15 minutos de vuelo de un avión de combate enemigo no parece muy recomendable. En política de defensa hay que ponerse en lo peor para obtener lo mejor; no funciona de otra manera.
El representante del PSOE insistió en la necesidad de definir un objetivo estratégico común, especialmente en el ámbito europeo. Nadie está más perdido que quién no sabe dónde va, y Europa todavía debe avanzar en el campo de la defensa lo que lo ha hecho en el ámbito de las relaciones exteriores. Pero es infinitamente más fácil tener una política exterior común que una política de defensa, y debemos admitir que esto será así mientras que se mantengan los intereses nacionales. Hasta qué punto están imbricados los intereses y las conciencias nacionales a la Defensa que el partido que más aboga por incrementar el gasto militar es Esquerra Republicana de Cataluña, eso sí para el hipotético ejército catalán. Allá donde existe una nación fuerte o donde se quiere crear, es indispensable tener una política de defensa de la misma solidez, al menos.
Julio Rodríguez, en representación de Podemos, o más bien de la versión Julio Rodríguez de Podemos, no imagino yo a muchos de los representantes de Podemos defendiendo los postulados presentados en el foro, señaló dos cuestiones que suscitaron mi interés. Damos tanta importancia a las misiones internacionales que casi parece que las montamos para poder mantener de tapadillo unas capacidades militares. Tiene razón; hoy la mayor parte de la operatividad de las fuerzas armadas se financian con estos recursos extraordinarios. Pero ni es sostenible ni conveniente. Está claro que deben existir recursos adicionales para compensar del desgaste en los equipos que suponen estas operaciones, pero seguramente en apenas dos años, España no estará en ninguna operación internacional y entonces ¿Qué haremos?
La segunda cuestión era suscitar un debate a la inversa; no tanto, decir a los ciudadanos cómo debe ser la defensa sino preguntarles qué defensa quieren. Esto sería posible si todos los ciudadanos tuvieran la información que tiene el exJemad; podríamos también entonces preguntar a los ciudadanos qué política fiscal quieren. En mi opinión la política y sobre todo gobernar es asumir la dirección y las consecuencias de las decisiones. España necesita de una defensa fuerte y esto no va a depender de la percepción de unos ciudadanos que carecen de la información necesaria. Los países que comparten con nosotros valores y amenazas, gastan más que nosotros no porque sus ciudadanos perciban más inseguridad, sino porque no conciben que un país grande no tenga unas fuerzas armadas grandes. Porque entienden que es su guardaespaldas que disuade de que nos ataquen; que gana batallas cuando nos atacan y que manifiesta en sus valores y en su capacidad militar los mejores valores de la nación. Cuanto más queramos a nuestra nación más y mejores fuerzas armadas deseáremos.
Pero esto no puede hacernos olvidar que el estado debe gastar el mínimo posible para cada política que ejecuta, porque esos recursos vienen del trabajo de los ciudadanos y es dinero que el gobierno detrae de los deseos de las personas. Dejamos de viajar, o de comprarnos un coche, o de ir al futbol para pagar impuestos; o sea que hay ser muy conscientes que cuanto menos gastemos en defensa, como en sanidad y en educación mejor, siempre y cuando se cumplan los objetivos de cada política.
Esperamos que el año que viene tengamos una nueva sesión y podamos decir siendo optimistas que no estamos peor.