La Armada de Chile conmemoró el 20 de julio los 15 años de servicio de la incorporación del submarino SS-22 General Carrera. Esta unidad, uno de los dos submarinos diesel-eléctricos de la clase Scorpène de la institución, desarrolla misiones de guerra antisubmarina, antisuperficie y operaciones especiales y se caracteriza por su furtividad, persistencia en operaciones y potencia de fuego.
Su incorporación es resultado del proyecto Neptuno que permitió reemplazar a los submarinos del tipo Oberon con plataformas capaces de enfrentar de manera individual y con éxito a buques de superficie equipados con sonares activos o pasivos; aeronaves antisubmarinas con radar, detector de anomalías magnéticas, sonar de profundidad y sonoboyas activas y pasivas; submarinos de propulsión nuclear y convencionales de última generación y campos minados.
El submarino Scorpène fue presentado al proyecto Neptuno por el consorcio franco-españolDCN/Bazan, actualmente Naval Group y Navantia, y se impusó en la lista corta al U209/1400 MOD. El contrato de construcción de los dos submarinos, valorado en 420 millones de dólares, fue suscrito el 17 de diciembre de 1997.
Las empresas dividieron la carga de trabajo encárgandose el astillero galo de construir la sección de proa de cada unidad (cámara de torpedos, cámara de baterías de proa, cámara de mando/ acomodaciones) mientras que Navantia realizó las de popa (cono de cola con propulsión, cámara de máquinas y cámara de baterías de popa), enviando posteriormente cada una de estas firmas una sección para realizar el ensamblaje final.
El SS-22 General Carrera inició su construcción en Cartagena, España, en el año 2004 y la ceremonia oficial de entrega se efectuó en aquel puerto el 20 de julio del 2006. La unidad, al mando del capitán de navío Elio Corcuera, arribó finalmente al puerto chileno de Valparaíso el 13 de diciembre del 2006.
Los Scorpène son submarinos diesel-eléctricos de última tecnología. Se utilizó la experiencia adquirida en la construcción del casco hidrodinámico de los submarinos de ataque nuclear (SSN) Amethyste/Rubis de la Marina Nacional de Francia y su casco de presión de acero de alto rendimiento tipo 80 HLES les permite alcanzar 350 metros de profundidad. Su diseño hidrodinámico con proa en forma de albacora, mínimo número de apendices y una hélice optimizada reduce el riesgo de detección por el ruido radiado al exterior.
Las unidades de la clase Scorpène tienen 66,4 metros de eslora, 8 metros de manga total incluyendo hidroplanos, 16,4 metros de puntal total y 5,4 metros de calado medio. Desplazan 1.711 toneladas sumergidos, una velocidad de 21 nudos bajo el mar y una autonomía de 6.500 millas náuticas a 8 nudos en superficie.
Estos submarinos poseen la suite de sonares TSM2233 MK 2 de Thales que comprende un sonar de casco de frecuencia media con sistema de búsqueda activa/ pasiva; un sonar cilíndrico de largo alcance de detección acústica panorámica en 360º que opera en modo pasivo; un sonar de interceptación de búsqueda activa; un sonar de flanco utilizado para detección pasiva y un sonar de alta resolución pata detección de obstáculos y minas.
Para ejecutar el proceso de detección, seguimiento y destrucción de blancos, los Scorpène disponen del Sistema Táctico de Combate Submarino (Subtics) de Naval Group que entrega un avanzado procesamiento de los datos captados por los sensores a bordo y permite generar una imagen de la situación táctica facilitando la planificación y elección de alternativas frente a distintas situaciones qe puede enfrentar un submarino en una situación de combate.
Cuentan con seis tubos lanzatorpedos de 533 mm capaces de disparar torpedos pesados, misiles o sembrar minas. El sistema automático de manejo y recarga de los torpedos permite su disparo en salva. Cada submarino puede transportar un máximo de 18 torpedos o misiles o bien 30 minas. Su arsenal está compuesto por torpedos Black Shark Advanced de Leonardo, SUT Mod 1 de Atlas Elektronic y misiles antibuque SM-39 de MBDA.
El submarino SS-22 General Carrera ha contribuido a una presencia efectiva en la dimensión submarina del territorio chileno y de las áreas de responsabilidad nacional, de una manera prolongada y discreta, gracias a los múltiples sensores acústicos, ópticos y electromagnéticos que proveen una vigilancia bajo y sobre el mar.
Esta trascendental contribución a la fiscalización de los espacios jurisdiccionales, a la Política de Defensa Nacional y a las Áreas de Misión de la Defensa Nacional, convierten a esta unidad submarina en una de las más polivalentes de la Armada de Chile en la última década, teniendo además una destacada participación en ejercicios a nivel internacional como DESI.
Este último mes patrulló cerca de 83.900 millas náuticas, alrededor de 155.382 kilómetros, de aguas de responsabilidad nacional en el Pacífico, ejerciendo una vigilancia activa y contribuyente a proteger los recursos de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) del país.
Previo a su despliegue y como parte de las rutinas normales de mantenimiento, en el mes de marzo del presente año el SS-22 General Carrera culminó un ciclo de mantenimiento programado en las instalaciones de la planta industrial Talcahuano de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar).
Esta actividad, que es efectuada por el astillero nacional desde la incorporación de los dos submarinos de la clase Scorpène, ha resultado clave para lograr un alto nivel de disponibilidad operativa y ha permitido además la reparación, modernización de equipos y sistemas a bordo con el apoyo de la industria nacional.