La alianza suscrita por la firma británica BAE Systems y la norteamericana Lockheed Martin Canada ha sido elegida por Ottawa y los astilleros locales Irving Shipbuilding como opción preferida para diseñar los futuros buques del programa CSC (Combatiente de Superficie Canadiense). La oferta de las empresas ganadoras se basa en el modelo Tipo 26, desarrollado por BAE Systems.
Se trata del mismo modelo elegido el pasado verano por Australia en su programa de construcción de nueve fragatas SEA 5000. Como en aquel caso, la compañía española Navantia, que optaba con una evolución de las fragatas F-100, se ha quedado a las puertas de llevarse un acuerdo estimado en el caso canadiense en 60.000 millones de dólares del país en total, en torno a 40.000 millones de euros y cerca de 46.000 millones de dólares estadounidenses.
El hito alcanzado por el grupo de empresas encabezados por BAE y Lockheed aún no supone que se les haya adjudicado el contrato definitivo, para lo que todavía quedan varias fases. El Gobierno de Canadá deberá ahora negociar con las empresas los derechos de propiedad intelectual, evaluará el rendimiento de los sistemas de combate y también comprobará la capacidad financiera de las ganadoras para ejecutar el proyecto, entre otras verificaciones de carácter administrativo.
Si esta candidatura elegida como preferida no demostrase con éxito a Canadá y a los astilleros Irving Shipbuilding que cumple con todos los requisitos convenientemente, entonces su puesto lo ocuparía el siguiente candidato mejor posicionado, que pasaría entonces a ser el preferido para acabar construyendo las 15 fragatas de las que estará dotado el programa CSC.
El pasado agosto trascendió el temor que había aflorado entre el resto de candidatos a este concurso por un posible amaño para acabar eligiendo al grupo encabezado por BAE Systems y Lockheed Martin. Las sospechas emergieron a cuenta de la introducción de unos cambios por parte del Gobierno canadiense en el proceso. A mediados de agosto se informó de que las compañías tenían una segunda oportunidad para adecuarse plenamente a los requisitos del concurso si no cumplían con ellos. Hasta aquel momento, las empresas esperaban que se empleara un proceso descrito previamente para dar la oportunidad de solucionar problemas con las ofertas. Algunas competidoras apuntaron que el buque propuesto por BAE Systems y Lockheed Martin no podría satisfacer las necesidades canadienses, y que por eso se les estaba dando más opciones para mejorar su propuesta.
El concurso emitido por el Gobierno de Canadá contempla la elección de la empresa que diseñará un buque de guerra que deberá estar basado en un desarrollo ya existente. De ese modo busca reducir los riesgos e impedir que los costes previstos aumenten. A partir de ahí, como recogió Infodefensa.com en mayo de 2015, el diseño deberá ser modificado para atender las necesidades requeridas por Canadá. La candidatura finalmente elegida puede acabar transfiriendo tecnología a empresas locales para que puedan competir más adelante en futuras licitaciones internacionales.
El equipo de diseño seleccionado deberá trabajar junto con el Gobierno del país y la compañía local Irving Shipbuilding Inc en el diseño y la construcción de las CSC, unos buques con los que se sustituirá a la flota actual de 12 fragatas Halifax y a la de tres destructores Iroquois de la Marina Real Canadiense.
Según estas bases, Irving Shipbuilding actuará como contratista principal y gestionará todos los contratos asociados a este proyecto al que se le calcula que más de la mitad de sus costes se empleará en los sistemas de combate que equiparán los buques, incluido su correspondiente integración. Las autoridades del país serán las encargadas de elegir al proveedor del diseño y de los sistemas de combate.
BAE Systems ya ha trabajado anteriormente en otros proyectos con Irving, que negó cualquier favoritismo hacia la empresa británica. Tanto BAE como Lockheed afirmaron por su parte que el Tipo 26 será más que capaz de cumplir con los requisitos de la Marina Real Canadiense.
El proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea, el Brexit, ha impulsado a BAE Systems a incrementar su apuesta por obtener contratos en países de la Commonwealth como contrapeso a la previsible pérdida de influencia de la empresa en Europa. En este contexto la compañía británica logró el pasado junio ser también la elegida para construir las nueve futuras fragatas del programa australiano SEA 5000 con un diseño basado igualmente en el Tipo 26. A ese programa Navantia también concurrió con un diseño derivado de la F-100, la misma fragata de la que derivaba su oferta para el CSC canadiense. A esta última ha concurrido junto con la compañía Saab Australia. El tercer candidato al programa canadiense lo ha conformado un trío de empresas integrado por Alion Canada, la neerlandesa Damen y la griega Atlas.