Fin de semana histórico en México, Andrés Manuel López Obrador tomó protesta el 1 de diciembre como presidente del país y en 48 horas disolvió algunos de los símbolos más importantes del régimen anterior, como el Estado Mayor Presidencial, su flota de aviones y helicopteros VIP o el servicio de inteligencia nacional, además, confirmó la salida de México del avión presidencial Boeing Dreamliner 787 para su futura venta. Ver vídeos de la salutación (vídeo 1, vídeo 2 himno nacional y vídeo 3 desfile)
Ante un Congreso mexicano en pleno, entregó un potente discurso con el que cuestionó severamente a su antecesor y los proyectos de los últimos cuatro presidentes. Todo esto frente a una cámara prácticamente sin oposición y acompañado de numerosas delegaciones internacionales entre las que destacó una significativa comitiva de los Estados Unidos, quienes, a través del vicepresidente Mike Pence y de Ivanka Trump, enviaron otro mensaje del apoyo que tiene Obrador en la región.
Parte importante del discurso de López Obrador se enfocó en su futura estrategia de seguridad y del apoyo que necesitará de las Fuerzas Armadas Mexicanas y nuevamente dejo clara su desaprobación ante la ineficiencia de la Policía Federal (PF), comentando que “no tenemos policías para defender a los ciudadanos”, y que “el ejército está entre las mejores instituciones de México”. Al día siguiente, Obrador se presentó por primera vez como el comandante supremo de la Fuerzas Armadas Mexicanas en el Campo Marte de la Ciudad de México, refrendando su petición de apoyo para su proyecto de Guardia Nacional.
La ceremonia de salutación no sólo es la primera vez que el presidente se dirige al gremio militar como su comandante, sino que sus secretarios de Marina y Defensa también realizan su primer acto público bajo su nueva potestad y le presentan al nuevo presidente los diferentes mandos designados para regiones navales, militares y aéreas, así como cuerpos de ejército y fuerzas navales.
El ahora general de cuatro estrellas y secretario de la Defensa Nacional (Sedena), Luis Sandoval González, fue el primero en tomar la palabra y, yendo directo al grano, dio su apoyo incondicional al proyecto de pacificación de López Obrador, “instruyendo a cada miembro de las Fuerzas Armadas a poner su máximo esfuerzo y respeto a los derechos humanos, en las futuras acciones para recuperar las condiciones de paz y tranquilidad, al ser el pueblo la razón de ser de las mismas".
A continuación, el almirante Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina y Armada de México (Semar), dio un discurso marcado por su humanismo y su apoyo al nuevo presidente en aras de servir a México con lealtad y patriotismo, poniendo la fuerza y voluntad de la Armada de México al servicio del proyecto de pacificación del nuevo gobierno siempre respetando la legalidad y los derechos humanos como una directiva de la institución.
López Obrador tomó la palabra y de nuevo se refirió a la PF como un experimento que no funcionó y dio un esbozo de los números que se tienen contemplados para lanzar la primera fase de la Guardia Nacional, si es que su proyecto de ley se aprueba, empezando por los 20.000 miembros efectivos de la PF para unirlos en un cuerpo militar, bajo el mando de la Sedena, junto con 30.000 elementos de la Policía Militar y cerca de 3.000 de la Policía Naval, teniendo el primer grupo de 55.000 efectivos para la primera fase.
Quedando confirmada la futura convocatoria para la segunda fase a donde se invitará a miembros del Ejército y Armada a unirse en las mismas condiciones laborales, mencionando que se respetaran grados, disciplinas, asensos, antiguedad y sueldos. La guardia se pretenderá controlar con 266 coordinaciones que cubran todo el territorio mexicano.
En contraste resaltó que, incomprensiblemente, la Ciudad de México cuenta con mas efectivos para labores de seguridad pública que policias federales disponibles para el país. Para el final del acto, fue relevante su mención de que las Fuerzas Armadas Mexicanas no dejarán sus labores de defensa del territorio pese a sus actuales compromisos, lo que es la primera mención de Obrador sobre este concepto, en contraste contra su anterior rechazo a proyectos de defensa.