Temor a un amaño para dar a BAE el contrato de fragatas canadienses

El Gobierno canadiense ha introducido nuevos cambios en el proceso de selección del constructor de sus futuras fragatas CSC, un programa estimado en 60.000 millones de dólares canadienses, cerca de 40.000 millones de euros al cambio actual. Al mayor acuerdo de adquisición de defensa de la historia del país concurren una alianza conformada por Navantia y Saab Australia, el trío de empresas formado por Alion Canadá, la neerlandesa Damen y la griega Atlas, y finalmente la británica BAE Systems en colaboración con Lockheed Martin Canadá.

Estos candidatos ya han presentado sus ofertas para al CSC (Combatiente de Superficie Canadiense), que dotará a la Armada del país de una quincena de nuevos buques para sustituir a sus 12 fragatas de la clase Halifax y tres destructores Iroquois actualmente en servicio. Sin embargo, a mediados de agosto el Gobierno ha informado de que las compañías tienen una segunda oportunidad para adecuarse plenamente a los requisitos de Canadá si no cumplían con ellos. Hasta ese momento las empresas esperaban que se empleara un proceso descrito previamente para dar la oportunidad de solucionar problemas con las ofertas, informa el periódico local National Post.

La fuente añade que las empresas han recibido la orden gubernamental de que no comenten nada a lo largo del proceso de selección. El cambio, continúa, ha aumentado la preocupación en el sector de que el proceso esté siendo amañado para favorecer la oferta presentada por BAE Systems y Lockheed Martin, que se basa en el modelo Tipo 26, desarrollado por la segunda. Desde las otras competidoras se apunta que este buque no podría satisfacer las necesidades canadienses, y que por eso se le está dando más opciones para mejorar su propuesta.

El concurso emitido por el Gobierno de Canadá contempla la elección de la empresa que diseñará un buque de guerra que deberá estar basado en un desarrollo ya existente. De ese modo busca reducir los riesgos e impedir que los costes previstos aumenten. A partir de ahí, como recogió Infodefensa.com en mayo de 2015, el diseño será modificado para atender las necesidades requeridas por Canadá. La firma finalmente elegida puede acabar transfiriendo tecnología a empresas locales para que puedan competir más adelante en futuras licitaciones internacionales.

El equipo de diseño seleccionado deberá trabajar junto con el Gobierno del país y la compañía local Irving Shipbuilding Inc en el diseño y la construcción del CSC.

Según estas bases, Irving Shipbuilding actuará como contratista principal y gestionará todos los contratos asociados a este proyecto al que se le calcula que más de la mitad de sus costes se empleará en los sistemas de combate que equiparán los buques, incluido su correspondiente integración. Las autoridades del país serán las encargadas de elegir al proveedor del diseño y de los sistemas de combate.

El precedente australiano

BAE Systems ya ha trabajado anteriormente en otros proyectos con Irving, que ha negado cualquier favoritismo hacia la empresa británica. Tanto BAE como Lockheed han afirmado por su parte que el Tipo 26 será más que capaz de cumplir con los requisitos de la Marina Real Canadiense.

El proceso de salida de Reino Unido de la Unión Europea, el Brexit, ha impulsado a BAE Systems a incrementar su apuesta por obtener contratos en países de la Commonwealth como contrapeso a la previsible pérdida de influencia de la empresa en Europa. En este contexto la compañía británica logró el pasado junio ser elegida para construir las nueve futuras fragatas del programa australiano SEA 5000 con un diseño basado también en el Tipo 26. A ese programa Navantia también concurrió con un diseño derivado de la F-100, la misma fragata de la que deriva su operata para el CSC canadiense.