El programa belga de compra de nuevos aviones de combate para sustituir a su actual flota de 34 cazas F-16 no corre tanta prisa como fuentes oficiales del país habían hecho creer. El jefe de su Fuerza Aérea, junto a dos generales y varios altos funcionarios han sido suspendidos al menos hasta el próximo 20 de abril mientras se aclara por qué se ocultó un informe del fabricante Lockheed Martin presentado hace casi dos años en el que se concluye que cada F-16 puede volar un promedio de 8.000 horas. De esa cifra se colige que “en promedio, la aeronave puede permanecer en servicio durante seis años adicionales”. De este modo, la prisa mostrada hasta ahora para buscar un sustituto a estos aparatos no se justifica.
El gobierno del país reveló en febrero de 2016 su plan para comprar 34 nuevos aviones en un programa valorado en 15.000 millones de euros, incluido todo su ciclo de vida. Entre los candidatos para hacerse con el proyecto, como informó entonces INFODEFENSA.COM, se estimaron entonces a las compañías norteamericanas Lockheed Martin, que opta con su F-35A Lightning II, y Boeing, fabricante del F/A-18E/F Super Hornet; la francesa Dassault Aviation, que ofreció el Rafale; la sueca Saab, con el JAS-39E/F Gripen, y Eurofighter, desarrollador de la aeronave del mismo nombre y que está financiada por Reino Unido, Alemania, Italia y España.
Posteriormente solo dos de los contendientes, Lockheed Martin y Eurofighter quedaron con posibilidades de hacerse con el contrato, tramitada bajo la fórmula de Gobierno a Gobierno. El nombre del ganador estaba previsto conocerse a mediados de este mismo año. Sin embargo, la información revelada esta semana por varios periódicos locales sobre la posibilidad ocultada de estirar la vida útil de los F-16 más de lo previsto ha puesto en duda este calendario.
Hasta el momento el Gobierno belga mantenía que no era factible extender el uso de unos aparatos que debían ser retirados a partir de 2023. Con este argumento ha venido justificando su decisión de lanzar el concurso para elegir un nuevo aparato, lo que tuvo lugar hace ahora un año.
Según afirmó el martes el ministro de Defensa, Steven Vandeput, el Gobierno desconocía la opción de alargar la retirada de los F-16 de la que informó Lockheed Martin a la fuerza aérea. De ahí que haya optado por relevar temporalmente a altos cargos de esta institución mientras aclara lo ocurrido.
Según la prensa belga, el fabricante estadounidense envió el pasado febrero un segundo informe actualizando el anterior. En síntesis, ambos trabajos recogen que no existe la urgencia que se había esgrimido para sustituir a los F-16, que pueden alargar su operatividad hasta 2029. El coste de ponerlos a punto para llegar a esa fecha se calcula en unos 1.000 millones de euros. Es decir, casi una cuarta parte de los 3.600 millones previstos solo por la compra de aparatos nuevos (sin contar el gasto aparejado en mantenimiento posterior).