La Facultad de Ingeniería del Centro Regional Universitario Córdoba – IUA (Instituto Universitario Aeronáutico) está desarrollando un prototipo de HMD (Helmet Mounted Display) para cascos de aviación tipo HGU-55P, el casco estándar utilizado por la Fuerza Aérea Argentina (FAA).
El proyecto, que comenzó en 2017 y es financiado parcialmente por el Programa de Investigación y Desarrollo para la Defensa (Piddef), se planteó como objetivos superponer a la vista del usuario una imagen virtual, que aparenta estar ubicada a más de cuatro metros de distancia, y la superposición de tanto símbolos fijos como móviles.
Esto le permitiría al usuario ver información de velocidad, altitud del vehículo, la marcación de objetivos sobre el terreno de forma nítida al mismo tiempo que ve el mundo real.
El grupo de I+D del Departamento de Ciencias Básicas ha logrado que la imagen aparente estar ubicada entre cinco y seis metros; y están trabajando en la implementación de funciones que le permitan al usuario interactuar con el sistema a través de sus ojos y gestos realizados con los mismos como la fijación objetivos con el simple parpadeo.
Es el primer paso para la industria nacional de este tipo de tecnologías, que podría ser empleado también para vehículos terrestres y navales ya que es fácil de adaptar a cualquier tipo de casco. Infodefensa.com tuvo oportunidad de dialogar con el director del proyecto, Eduardo Domínguez, quien nos contó cómo se desarrolló el casco.
¿Cómo surge el proyecto? ¿Quién lo propuso?
La iniciativa de desarrollar un casco de realidad aumentada nace dentro de la facultad. Se buscó financiamiento dentro del programa Piddef, donde nos presentamos a la convocatoria en 2016. El proyecto fue evaluado, aprobado y nos acreditaron los fondos en agosto de 2017.
¿Quiénes participaron del proyecto?
Este es un proyecto multidisciplinario que prevé la formación de recursos humanos. Buscamos un becario con capacitación técnica, un becario de maestría, quienes fueron elegidos por concurso. La mayoría del proyecto fue realizado por el becario, Claudio Porchietto, el codirector, Lucas Mazzini, ingeniero electrónico, quien ha trabajado conmigo desde el comienzo y ha sido muy importante para el proyecto, y por mí. Además, han participado estudiantes de grado para hacer su trabajo final.
¿Con qué presupuesto contaron? ¿Cuál fue el coste del proyecto?
El presupuesto original rondaba en alrededor de 500.000 pesos (casi 30.000 dólares al valor del dólar al momento de la adjudicación en 2017). Partimos desde cero, diseñamos el sistema óptico, compramos la parte electrónica, todo el montaje de hardware de la pieza plástica fue impreso en la facultad con impresoras que tuvimos que acondicionar porque no daban la precisión para las cosas que necesitábamos. La óptica fue diseñada por nosotros con software abierto y para las lentes que usamos -de mucha curvatura muy específica- se necesitaron expertos en Córdoba que los pudieron hacer. Actualmente, estamos buscando una fuente de financiamiento alternativa.
¿Qué perspectivas tienen a futuro?
El objetivo de esto es un prototipo demostrativo. Desde el comienzo la idea es que sea certificable para la industria aeronáutica y se apunta a una producción serializada en una etapa posterior. El tema del aislamiento nos ha frenado todo, seguimos trabajando, pero en la parte de software. El secretario de ciencia y técnica de la facultad, que es un brigadier retirado, se ofreció para dirigir la campaña de pruebas y a gestionar todos los canales posibles de financiamiento posterior para el proyecto.
¿Cuándo estiman concluirlo?
El equipo montado sobre el casco tiene que estar operativo a un nivel demostrativo mínimo para agosto, pero el aislamiento nos ha demorado.
¿Qué representó para usted este proyecto?
En principio, a mí me pareció un proyecto bastante desafiante, incluso en un comienzo hubo gente que nos dijo que el proyecto era bastante ambicioso, pero hemos llegado a un nivel donde todo lo que propusimos lo hemos concretado, a pesar de haber tenido que luchar contra muchas cosas, como aumento de precios y pérdida de becarios. Así que he quedado satisfecho.