El Ejército de Chile ha puesto especial interés a lo largo de su bicentenaria historia a la ocupación del territorio desplegando unidades en las zonas más apartadas e inhóspitas del país entregando asistencia y seguridad y contribuyendo al desarrollo e integración nacional.
A través de las operaciones Qurpa Tuwaña y Jarkaña, la Brigada Motorizada N° 1 Calama y la 2ª Brigada Acorazada Cazadores han reforzado la presencia militar en el Altiplano del norte de Chile beneficiando a los habitantes que habitan esta zona inhóspita del país.
Las unidades adelantadas ubicadas en lugares como Cariquima, Conchi u Olca realizan tareas de vigilancia, reconocimiento e instrucción y entrenamiento apoyando con sus capacidades a Carabineros y la Policía de Investigaciones de Chile a resguardar la frontera.
Este rol ha sido reforzado en el último tiempo con la dictación del Decreto N° 265 que entrega atribuciones a las Fuerzas Armadas para apoyar a las autoridades civiles y policiales competentes en su labor de combate contra el narcotráfico y el crimen organizado con medios logísticos, tecnológicos y de transporte por el plazo de un año.
El Gobierno estimó necesaria la colaboración de las instituciones armadas ya que la amplia extensión territorial y las extremas características geográficas requieren que determinados sectores fronterizos sean reforzados para prevenir, detectar y controlar ilícitos asociados al tráfico de drogas y crimen organizado transnacional.
Las unidades a cargo de realizar tareas de patrullaje y reconocimiento emplean casco y chaleco balísticos portaplaca, fusil de asalto Galil ACE 22NC de 5,56 x 45 mm, cámaras infrarrojas y visores nocturnos, aeronaves no tripuladas Spylite de Bluebird y vehículos Land Rover modelos Desert Fox y Toqui A-2 para desplazarse en el Altiplano.
Las patrullas utilizan cascos de kevlar MICH 2000 que protegen contra impactos de munición 9 mm y .40, fragmentos de granadas y proyectiles de mortero. Su diseño está adaptado para integrar visores nocturnos como los fabricados por OIP Sensors con capacidad de regulación de luz. Además cuentan para observación de largo alcance con cámaras Mini Coral de Elbit Systems.
El Ejército de Chile seleccionó el Galil ACE 22 NC de 5,56 x 45 mm de la empresa Israel Weapon Industries (IWI) como su nuevo fusil de asalto en 2013. Esta arma, de la cual se adquirieron más de 21.000 unidades, fue cofabricada por Fábricas y Maestranzas del Ejército (Famae) en la Planta de Armamento Menor de Talagante.
El fusil tiene un cañón de 35,6 centímetros de largo. Pesa 3,4 kilos sin cargador y cuenta con una culata retráctil con cuatro posiciones. Emplea un sistema de accionamiento por gases y bloqueo de cerrojo rotativo. Tiene una cadencia de tiro de 650 a 950 disparos por minuto. Dispone de selector de tiro por ambos lados con tres posiciones (seguro, tiro a tiro y ráfaga).
Las patrullas utilizan para labores de vigilancia y reconocimiento el UAV Spylite de Bluebird. El sistema es lanzado a través de una catapulta y capta imágenes en tiempo real a gran distancia y puede volar incluso con vientos fuertes y en malas condiciones metereológicas. Dispone de un buscador electroóptico diurno y nocturno (CCD/IR) estabilizado. Posee una autonomía de cuatro hr y un alcance de comunicación de 50 km.
El Land Rover Desert Fox es utilizado para labores de enlace contando para este propósito con radios HF y UHF mientras que el Toqui A-2 posee una configuración que permite montar una ametralladora Browning M2 HB de 12,7 x 99 mm y dos alojamientos para lanzacohetes AT.4 de Saab. Este modelo, desarrollado por Technology Motor Group (TMG) del Grupo San José, está basado en el chasis del Land Rover Defender 130 y posee una autonomía de 700 kms.
La Brigada Motorizada N° 1 Calama de la I División de Ejército posee un puesto de mando adelantado en Conchi, localidad altiplánica distante a 85 kms de la ciudad de Calama y a 3.010 metros sobre el nivel del mar.
En esta zona de la provincia de El Loa, límitrofe con Bolivia, los Centinelas del Norte realizan la operación Qurpa Tuwaña (Cuida tu Frontera en aymara) que comprende tareas de vigilancia y de reconocimiento de rutas, resguardo de pasos fronterizos no autorizados y entrega de asistencia a poblados remotos.
Esta instalación dispone de herramientas digitales, satelitales y radiales que permiten la georreferenciación y el contacto permanente con el personal desplegado en terreno lo que facilita la toma de decisiones durante la ejecución de las actividades.
La presencia militar permitió salvar familias que residen en la localidad de Quitor, en San Pedro de Atacama, gracias a las tareas de reconocimiento de los poblados del interior lo que facilitó una evacuación preventiva y oportuna ante el desborde del río Vilama en febrero del 2019.
El Ejército de Chile posee en la Región de Tarapacá un puesto militar a cargo de la 2ª Brigada Acorazada Cazadores de la VI División de Ejército que cubre un área comprendida entre el volcán Olca hasta cerro Capitán en la frontera con Bolivia.
Su presencia, en el marco de la operación Jarkaña (Detener en lengua aymara), permite impedir hechos ilícitos como contrabando, tráfico de vehículos o drogas gracias a la presencia y vigilancia de pasos no habilitados y áreas de difícil acceso a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar.
La labor del personal que cumple labores en puestos adelantados en el Altiplano fue reconocida recientemente por el comandante en jefe del Ejército de Chile, general Ricardo Martínez, quien en una visita realizada en el mes de mayo señaló "que con su esfuerzo permiten que contrabandistas y narcotraficantes vean un obstáculo para poder llegar y puedan hacer un daño a la población".
"Somos soldados, pero también pertenecemos a la sociedad, a la misma sociedad a la cual pertenecemos todos los ciudadanos que estamos en este país que se llama Chile. Los insto a tener fuerza y también a apoyar a nuestros soldados que están desplegados no solo como les comentaba en las ciudades sino que también haciendo patria en lugares tan apartados como el Altiplano. Un abrazo y que tengan mucha fuerza" expresó.