El Mes del Mar, cuando todos los chilenos nos damos un momento en el año para mirar al mar y reflexionar sobre su relevancia, lo celebraríamos en el extremo sur de nuestro país, rememorando la expedición de Magallanes y Elcano, que circunnavegó el globo por primera vez y descubrió el singular paso entre el océano Atlántico y Pacífico. Sin embargo, la severa crisis sanitaria que azota al mundo, nos obligó a cambiar radicalmente esos planes, pero no por ello, debemos dejar de recordar y reconocer la relevancia que tiene la Armada y el mar en el pasado, presente y futuro de Chile.
La Armada, requerida junto al resto de las Fuerzas Armadas en el esfuerzo nacional de control del Covid-19, ha desplegado a su personal a lo largo de todo el país, apoyando la correcta ejecución de las medidas dispuestas por el Gobierno. Tomando las precauciones necesarias, pero sin titubear cuando han sido requeridos, más de 9.000 hombres y mujeres de la Institución se han puesto a disposición de las autoridades para cumplir con lo que la Patria hoy demanda. También se han destinado medios navales, como el buque multipropósito Sargento Aldea, que está aportando con camas clínicas y pabellón en el área de Talcahuano, para descomprimir el Sistema Público de Salud en situaciones de distinta complejidad.
Sin embargo, la Armada sigue desempeñando sus obligaciones permanentes, porque hay tareas específicas, únicas e ineludibles, que deben ser cumplidas por nuestra institución. El país no puede mantenerse aislado, por razones obvias, considerando que depende del comercio exterior para subsistir, ya sea en alimentos, combustible y otros bienes indispensables para el desarrollo de nuestra sociedad.
El 90% de esos bienes ingresan al país por vía marítima, lo cual requiere de puertos seguros y funcionando, así como también vías de comunicaciones marítimas expeditas, seguras y protegidas. Ambas tareas, que son parte de nuestras Áreas de Misión, han continuado desarrollándose de manera eficiente y con particular éxito. Asimismo, la pesca continúa siendo una fuente laboral y de alimentos relevante, pero requiere de una adecuada fiscalización, permanente en el tiempo y el espacio, para evitar acciones de extracción ilegal o en zonas protegidas, tarea que ejecuta la Autoridad Marítima Nacional con singular éxito. No puedo dejar de mencionar el actuar de la Policía Marítima contra el tráfico de drogas y el contrabando, que trabajando junto a la PDI, Carabineros y la Aduana, no han cejado en su tarea diaria contra esos delitos. Para ponerlo en perspectiva, desde 16 de marzo en adelante, se han realizado más de 800 patrullajes marítimos a lo largo del litoral chileno, tanto con unidades marítimas como con buques de combate, sin contar los más de 5000 patrullajes y fiscalizaciones terrestres realizadas en el mismo lapso de tiempo.
Considerando además las dificultades propias de la crisis sanitaria en que estamos, la Armada ha seguido siendo el puente que intercomunica a las comunidades más aisladas de Chile, porque a través del mar, la Armada llega hasta cada rincón del Chile costero, respondiendo así, una vez más a las necesidades de cientos de compatriotas que requieren de este vital apoyo.
En resumen, la Armada sigue cumpliendo el rol que el Estado le ha asignado a través de sus Áreas de Misión, más allá de la extraordinaria situación de salud que existe en Chile, con la misma voluntad, profesionalismo y vocación de servicio de siempre, porque entendemos que el mar, para Chile, es trascendental.
En este Mes del Mar tan atípico, volvamos una vez más nuestros ojos al vasto océano que se presenta frente a nosotros, porque debemos entender que solo hay una constante que se mantendrá inmóvil después de haber superado con éxito la crisis que estamos viviendo: la pandemia va a pasar y seguiremos viviendo a orillas del océano Pacífico y dependiendo de ese mar que tranquilo nos baña.