El Ejército de Tierra afronta una necesaria revolución en los próximos años dentro del proyecto Fuerza 2035 que implica una revisión profunda de la doctrina y de la formación militar y también, como no puede ser de otra forma, una modernización de los principales medios tácticos de la Fuerza Terrestre para preparar a las futuras unidades a un entorno operativo caracterizado por la complejidad, la inestabilidad, la incertidumbre y la omnipresencia de la información.
Los materiales previstos en muchos casos no están desarrollados, ni siquiera formalmente establecidos los requerimientos operativos, pero el marco de la Fuerza 2035 ofrece oportunidades para poner en contacto y fomentar la interacción entre quien mejor conoce las necesidades, el Ejército, y quien mejor puede satisfacerlas, la DGAM, la industria y los proveedores de conocimiento como universidades, centros tecnológicos, etc.
En la primera parte de un reportaje sobre futuros los medios tácticos del Ejército de Tierra, Infodefensa.com pone el foco en las principales tendencias identificadas en los carros de combate, los vehículos mecanizados sobre ruedas y los vehículos mecanizados sobre cadenas.
El Leopardo 2E continuará siendo el carro de combate. El propio Ejército apunta a que este tipo de vehículos recuperan protagonismo como consecuencia de la amenaza híbrida, del rearme de Rusia y su actitud agresiva desde el conflicto de Ucrania. Las futuras actualizaciones irán encaminadas a simplificar las tareas de la tripulación; mejorar el cañón y las municiones para incrementar la efectividad -primera prioridad para la mayor parte de los países-; e incorporar un sistema de protección activo, junto con mejoras en blindaje.
El sistema del carro de combate también deberá estar preparado para contrarrestar la posibilidad de que un adversario avanzado tecnológicamente (como Rusia, China…) pueda anular los sistemas de posicionamiento global (GPS) y realizar acciones de guerra electrónica (EW), lo que repercutiría negativamente en el sistema de mando, control y transmisiones (C3).
Por último, será necesario incrementar la capacidad de observación y de conciencia situacional para la tripulación y la búsqueda de sistemas que posibiliten en tiempo real compartir la información entre la tripulación, la sección y otros sistemas.
Entrando en el caso español, el futuro Leopardo 2E Plus en el año 2035 debería contemplar mejoras en la supervivencia (mejor blindaje y sistemas de protección activa) y en el armamento, con un nuevo cañón para poder disparar la última generación de municiones rompedoras y la munición programable multipropósito, así como actualizar las obsoletas medidas de mando y control o las adquisición de objetivos con un nuevo telémetro laser y dispositivos de cámara térmica.
El Vehículo de Combate sobre Ruedas 8x8 Dragón será la columna vertebral de unas fuerzas terrestres que deberán reaccionar más rápido, siendo más modulares, tecnológicas, autónomas e interoperables con todos los socios o aliados con los que desempeñen sus misiones.
En este escenario, el Ejército ha identificado una serie de características que deberá incorporar su futuro vehículo: alta movilidad para maniobrar en los posibles escenarios, en especial, los híbridos; elevada protección con blindaje add-on, equipos contra IED y sistema de protección activa; sistemas de mando y control adecuados; medios avanzados de conciencia situacional y comunicaciones; y elevada sensorización (radares, interactuación con drones…).
El Dragón reemplazará en una primera fase a los vetustos Blindados Medios sobre Ruedas (BMR) con cuarenta años de servicio y a los Vehículos de Exploración de Caballería (VEC). También sustituirá con el tiempo a la flota de Transporte Oruga Acorazados (TOA) y a los más modernos vehículos blindados Lince y RG-31.
Los requisitos operativos implican también un armamento más capaz y preciso, con municiones guiadas e inteligentes, junto con una elevada capacidad de crecimiento. El Ejército además apuesta por un vehículo sostenible mediante la reducción de la huella logística, mantenimiento predictivo, comunalidad e interoperabilidad.
En cuanto a los vehículos mecanizados de cadenas, Tierra tiene previsto en los próximos años una modernización del Pizarro fase I; la llegada del Vehículo de Combate de Zapadores en fase de prototipo, que entrará en servicio entre 2020 y 2021; y acometer un estudio para una posible familia Pizarro fase III en 2035.
Según detalla el Ejército, este futuro Pizarro debería dotarse de medios de conciencia situacional, como realidad aumentada, e incorporar mejoras en el armamento, con tendencia a incrementar el calibre a 40 mm, y en la protección, con barcazas de suelo flotante y sistemas de protección activa, aprovechando los actuales desarrollos de la plataforma Ascod de Santa Bárbara Sistemas.
Por otra parte y, al igual que sucede con todas las plataformas, deberá acometerse la instalación de medidas que permitan operar en un ambiente donde, sin duda, la ciberamenaza estará presente.
Continúa en: 'El Ejército del futuro: sistemas multimisión en artillería y vehículos autónomos (2)'