El Estado Mayor de la Defensa (Emad) está trabajando desde hace meses en la creación de un Mando de Presencia y Vigilancia Terrestre (MPVT) que viene a completar la estructura que permite a las Fuerzas Armadas la vigilancia las 24 horas del día, cada día del año, de fronteras soberanas, aguas territoriales, espacio aéreo nacional y ciberespacio.
El Ministerio de Defensa ha diseñado durante los últimos años una organización operativa permanente que garantiza la vigilancia marítima, aérea y de ciberdefensa, a través de tres mandos: el Mando de Vigilancia y Seguridad Marítima (MVSM), el Mando de Defensa y Operaciones Aéreas (MDOA) y el Mando Conjunto de Ciberdefensa (MCCD). Sin embargo, en el ámbito terrestre estaba pendiente el desarrollo de una estructura a nivel operacional.
En concreto, la implantación del MPVT se encuentra en proceso de regulación orgánica y, actualmente, tiene la consideración de organización operativa de carácter temporal, según detallan fuentes oficiales a Infodefensa.com. "En esta línea, el mando se configura como un instrumento del Estado en beneficio de la seguridad de los españoles y la protección de sus intereses", añaden.
En principio, no está previsto que la creación del mando de vigilancia terrestre se traduzca en un aumento de efectivos. El objetivo final será una mejor adecuación operativa a las misiones que, con carácter permanente, llevan a cabo las Fuerzas Armadas.
La coordinación del nuevo mando recaerá sobre el Cuartel General Terrestre de Alta Disponibilidad (Cgtad), cuyo estado mayor está ubicado en el acuartelamiento de Santo Domingo en Valencia. La unidad, dirigida por el teniente general Francisco José Gan Pampols, tendrá como cometido principal la conducción de las operaciones para garantizar la seguridad en los espacios terrestres de soberanía española y la respuesta ante cualquier incidente.
Entre las misiones del MPVT se encuentra el planeamiento y ejecución de las operaciones de vigilancia terrestre en el área del archipiélago de Canarias; las ciudades autónomas de Ceuta, Melilla; e islas y peñones en el norte de África.
Estas actividades permitirán obtener un mayor conocimiento del entorno geográfico en el que se despliega y, a la vez, producir una disuasión efectiva de manera que se esté siempre en disposición de reaccionar ante los posibles riesgos que se detecten, con oportunidad en tiempo y espacio.