El curso avanzado de la OTAN para la formación de pilotos TLP (siglas en inglés de Programa de Liderazgo Táctico), que cada año celebra varias ediciones en su sede de la Base Aérea de Albacete, acabará incorporando las lecciones que se están extrayendo del actual conflicto de Ucrania, que previamente tendrán que ser validadas. La Escuela de Pilotos de la OTAN, como también es conocida, y que usualmente se apunta como un programa de formación en Europa equivalente al Top Gun americano, tiene como jefe al coronel del Ejército del Aire y del Espacio Luis Alberto Martínez Ruiz, con quien Infodefensa.com ha conversado durante la celebración de la última edición de este curso, que concluye este viernes tras tres semanas de ejercicios en el espacio aéreo del sureste español.
Al ser preguntado sobre las experiencias que pueden extraerse de la guerra que azota el este de Europa desde febrero de 2022, el coronel Martínez Ruiz ha confirmado que “estas lecciones aprendidas que se están sacando del escenario de Ucrania se irán incorporando poco a poco a la doctrina aliada”. Aunque de momento, ha aclarado, “nosotros tenemos que esperar a que esa doctrina nueva se valide y nuestras naciones den por buena un posible cambio”. El TLP está formado por diez miembros permanentes de la OTAN (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Estados Unidos, Francia, Grecia, Italia, Países Bajos y Reino Unido), aunque también participan otros aliados de la organización y países invitados.
Por ahora, explica el coronel jefe sobre las novedades que se puedan adoptar al hilo de las operaciones que tienen lugar en el conflicto de Ucrania, “estamos pendientes de que eso ocurra y estaremos listos, como siempre, para incorporar los cambios en nuestro curso de vuelo”.
700 militares y decenas de aviones
En total, durante el curso TLP que acaba este viernes, denominado FC-2023-4, han participado durante tres semanas en torno a 700 profesionales, de los que 39 se graduarán de este curso de vuelo, incluidos 28 pilotos, seis oficiales de inteligencia y cinco controladores GCI.
Las naciones que han participado como Blue Air en esta edición han aportado 28 plataformas. Se trata de Italia, que ha tomado lugar con aviones de combate Eurofighter; España, con EF18 y Eurofighter; Francia, con Rafale M; Grecia, con Mirage 2000; Polonia, con F16, y Reino Unido, con Eurofighter. En cuanto a la fuerza que ha actuado como contraria para entrenar a la primera (denominada Red Air), se ha contado con una decena de aviones. En ella han sido aparatos Alphajet franceses, Eurofighter de Italia, España y Reino Unido, y L-159 de la República Checa. Se trata de una edición en la que han tomado parte el máximo de participantes, con el objeto de recuperar parte de las plazas perdidas tras la cancelación del curso de septiembre “por motivos operativos urgentes”, según la organización.
Un AWAC, helicópteros y más
Además de “la principal novedad de este curso”, que ha sido la inclusión por primera vez del MQ-9 del Ejército del Aire y el Espacio, en él también han tomado parte en apoyo un avión de control y vigilancia aérea AWAC de la OTAN (“junto con los CRC dela Fuerza Aérea y del Espacio), un avión británico DA-20 EW (guerra electrónica) y el sistema de interrupción de comunicaciones francés Scribe.
Como amenaza antiaérea también han participado sistemas reales de defensa aérea del Ejército de Tierra y la Armada de España, en concreto Nasams, Aspide y Mistral, además de varios sistemas de simulación de amenazas de la empresa estadounidense Polygon, que se han desplegado en diferentes puntos del área de operación.
Entre otros medios aéreos se han empleado igualmente como apoyo dos helicópteros italianos HH101 y un NH 90 español, junto con sus respectivos equipos de extracción, y un avión de transporte táctico C295 español. Durante los vuelos ha estado disponible igualmente un helicóptero de búsqueda y rescate de la Base Aérea de San Javier, en la costa de la Región de Murcia. Desde la Base Aérea de Albacete se ha dado empleado por último el simulador de vuelo MACE, que permite a los pilotos entrenarse no sólo en el entorno virtual, sino también interactuar con aeronaves en misiones reales a través de protocolos de comunicación.