Las lecciones para España de la guerra en Ucrania: más drones, artillería de precisión y guerra electrónica

España, como el resto de países aliados, sigue muy de cerca la guerra de Ucrania. El Ministerio de Defensa cuenta con especialistas en análisis de las operaciones encargados de estudiar las acciones en el frente de ambos bandos y extraer conclusiones aplicables a las Fuerzas Armadas españolas. Entre las lecciones aprendidas en el caso español, un año después del inicio de la invasión rusa, sobresalen la necesidad de potenciar la adquisición de drones de todo tipo o la importancia de disponer de artillería de precisión de largo alcance (lanzacohetes, sobre todo) y de contar con la superioridad en el espectro electromagnético y en entornos degradados.

Así lo expuso el general de división Pedro Torreño, jefe de la División de Desarrollo de la Fuerza del Estado Mayor Conjunto (Emacon), encuadrado en el Estado Mayor de la Defensa (Emad), durante su intervención en SYMDEX celebrado esta semana en la base aérea de Torrejón.

Para empezar, Torreño reconoció que después de décadas de “misiones de paz” la guerra en Ucrania ha hecho que el foco esté de nuevo en cuestiones casi olvidadas ya más propias de un conflicto tradicional. “El retorno a un conflicto de alta intensidad ha reavivado la reflexión sobre aspectos como el despliegue y mantenimiento de grandes líneas logísticas, la producción de capacidades en masa, mantener reservas suficientes de munición, el tratamiento masivo de bajas, la gestión de prisioneros de guerra, el reemplazo de efectivos y sus complicaciones logísticas, el combate en zonas urbanizadas o todo lo relacionado con el camuflaje, la decepción o la dispersión”, reflexionó.

Justo después, el general entró a analizar las lecciones identificadas en cada uno de los dominios (ciber, cognitivo, espacial, terrestre, naval y aéreo). “El ámbito cognitivo está teniendo un papel decisivo en el conflicto (…) estamos viendo cómo el éxito ucraniano en el combate de la información está permitiendo a nivel interno mantener elevada la moral y espíritu de lucha y a nivel externo conseguir el apoyo de multinacionales o la generación de un ejército de voluntarios de tecnologías de la información”, comentó. En el ámbito ciberespacial, continúo, “ambos bandos están siendo muy activos y las acciones están coordinadas con las convencionales”.

“Equilibrar calidad y cantidad”

Entrando en los dominios clásicos, el representante del Emad apuntó que “vistos los elevados consumos de munición” asociados en un conflicto de alta intensidad, “hemos constatado la importancia de equilibrar calidad y cantidad en las capacidades para sostener el esfuerzo bélico”.

El transcurso de las operaciones, destacó, refleja que Rusia “no tiene adaptada su doctrina a la realidad de las operaciones con un sistema rígido y control centralizado”, en cambio, “Ucrania ha sido capaz de adaptar su doctrina y procedimientos a los occidentales”.

Artillería precisa y guerra electrónica

El conflicto pone de manifiesto también, resaltó, la importancia de los sistemas de mando y control “robustos y fiables”, y de “disponer de fuegos precisos de larga alcance y sistemas de adquisición de objetivos en profundidad”. “Ucrania ha conseguido batir objetivos críticos en profundidad con un ciclo de decisión más rápido y efectivo”, recordó. Sin dejar de lado la artillería, el general subrayó “la obligación de evolucionar hacia una interconexión entre sensores, centros de gestión y los elementos productores (de fuegos o efectos)”. No hay que olvidar, en este punto, que España pondrá en marcha este año un programa para la compra de un sistema lanzacohetes de alta movilidad, después de casi una década sin esta capacidad.

El empleo “profuso” de la guerra electrónica, asimismo, señaló Torreño, “nos lleva a la necesidad en conflictos futuros de buscar en todo momento la superioridad en el espectro electromagnético para conseguir la libertad de acción en los cinco dominios y además, si el adversario es del mismo nivel, tenemos que estar preparados para operar en un entorno degradado”.

Cazaminas, artillería de costa y drones

En la mar, resaltó el general, Ucrania ha utilizado contra las fuerzas navales rusas misiles antibuque y minas lo que demuestra “la importancia de disponer de unidades contraminas y artillería de costa misil en el combate litoral”. La guerra además pone de manifiesto, explicó el general, que “el control del aire y del espacio sigue siendo básico para garantizar la libertad de acción tanto de las fuerzas terrestres como navales”.

El ponente del Emad fue muy claro en el tema de los drones, una de las armas que más portadas han ocupado, hacen falta más en las Fuerzas Armadas y también sistema antidrón para neutralizarlos. En Ucrania han intervenido hasta la fecha todo tipo de drones; de ataque, de guerra electrónica, adquisición de objetivos, relé, inteligencia o vigilancia. “Tenemos que potenciar dotarnos de esta capacidad en sus distintas variantes y de la capacidad también, muy importante, de contrarrestarlos”.

La tecnología y plazos de adquisición

El representante del Emad además puso el foco en las nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, que es eficaz para “identificar fuerzas hostiles”, y abordó otras cuestiones como la necesidad de “una mayor agilidad en la obtención de las capacidades”, a la vista precisamente del rápido desarrollo de la tecnología.

A modo de resumen, el general concluyó que la guerra en Ucrania demuestra que “es necesario disponer de unas Fuerzas Armadas equilibradas, armonizando calidad y cantidad; interoperables, preparadas y motivadas; integradas en el multidominio, y que actúen de forma coordinada con otros poderes del estado”.