Tal día como hoy, 20 de diciembre, pero de 1591, es ejecutado en Zaragoza el entonces Justicia de Aragón Juan de Lanuza y Urrea, que había llegado al cargo el 22 de septiembre de dicho año.
Juan de Lanuza y Urrea, hijo de Juan de Lanuza y Perellós y Catalina de Urrea, nació en Zaragoza en 1564. Heredó el cargo de Justicia de Aragón tras la muerte de su padre, quien lo ostentaba hasta entonces.
Al llegar al cargo se tuvo que enfrentar a un problema no resuelto por su padre: las Alteraciones de Aragón, resultado de una serie de desencuentros entre las instituciones aragonesas y el absolutismo real.
En ese marco, Antonio Pérez, exsecretario de Felipe II (I de Aragón), fue acusado del asesinato de Juan de Escobedo, entonces secretario de Juan de Austria. Pérez, para protegerse de las acusaciones, se acogió al derecho de Manifestación de los Fueros de Aragón, que le protegían de ser torturado si fuese detenido y también se le garantizaba un proceso penal con garantías jurídicas.
El rey, que tenía la voluntad de eludir este derecho, lo denunció a la Inquisición como hereje. Al intentar trasladarlo a la prisión de la Insquisición, en Zaragoza se desataron disturbios para protestar por la decisión, lo que provocó que el traslado se cancelase.
Tras el segundo intento del rey, cuando también se desataron disturbios, Pérez logró escapar a Francia. Ante esta situación, el rey movilizó una tropa de hasta 14.000 hombres contra Aragón.
Lanuza, como Justicia de Aragón, decidió contrariar al rey y declarar el contrafuero de las tropas, poniéndose al frente de 2.000 soldados que se enfrentaron el 12 de noviembre de 1591 en Utebo, aunque se dispersaron debido a la superioridad numérica de las tropas enemigas.
Lanuza se refugió en Épila durante un mes, tras el que decidió regresar a Zaragoza, siendo detenido el 19 de diciembre en las mazmorras del Palacio de Torrellas.
Fue condenado a muerte y, sin juicio de por medio, decapitado por orden de Felipe II el 20 de diciembre de 1591.