La española SCR apuesta por dar un nuevo uso a su probada familia de blancos aéreos Scrab y utilizar este sistema, del que ha vendido más de 1.000 unidades en 15 países de todo el mundo, como un dron de alta velocidad capaz de portar diferentes equipos (sensores, sistemas de guerra electrónica, cámaras…) para un amplio abanico de misiones. La compañía incluso señala que el propio blanco aéreo puede utilizarse como un arma del tipo munición merodeadora (sin cabeza de guerra) para inutilizar objetivos.
La empresa, especializada en drones y blancos aéreos, acude a esta edición de la feria junto con su socio francés Aresia, compañía con la que colabora desde hace años. “El Scrab ya no es solo un concepto de blanco sino el de una plataforma aérea de alta velocidad”, explica el director general de la compañía, José Antonio Ceballos, a Infodefensa.com durante el transcurso de la feria.
Este blanco aéreo, del que la compañía tiene tres versiones (Scrab I, II y III), puede alcanzar entre los 120 y 200 metros por segundo -según el modelo-, lo que permite ir a la operación de forma inmediata, adquirir información y regresar. A esto hay que añadir una reducida huella que dificulta la detección y la opción de vuelo a baja y a alta cota. “Es un UAV Istar (Inteligencia, Reconocimiento, Vigilancia y Adquisición de Objetivos) de alta velocidad”, subraya.
Respecto a su aplicación como loetering munición, la compañía señala que la alta velocidad del Scrab garantiza la destrucción o inutilización del objetivo solo con el impacto de este UAV contra él, sin necesidad de cabeza de guerra. En los tres modelos de Scrab, la configuración es la misma; la carga de pago va en la parte delantera, lo que podríamos llamar morro, y adicionalmente hay puntos adicionales de carga en punta de ala, en la parte inferior de la estructura y además puede portar sistemas adicionales dentro de la propia estructura.
“Solo cambiando la carga del morro puedes hacer diferentes misiones”, remarca el director general de la empresa. La presencia en Eurosatory, de la mano además de una empresa gala, no es casual. Francia es uno de los mercados que la empresa española tiene en la actualidad entre ceja y ceja.
Entre otras ventajas, el despegue del Scrab es con una catapulta, no necesita pista, y la autonomía es desde los 30 minutos del Scrab I hasta los 90 del Scrab III. Este último llega hasta un techo operativo de ocho kilómetros.
Este blanco aéreo ya ha sido probado como UAV de alta velocidad en un proyecto europeo de control de fronteras marítimas con una cámara giro estabilizada con sistema de transmisión en tiempo real. La compañía además ha integrado otra cámara en el Scrab para otro de sus clientes.