Tal día como hoy, 26 abril, pero en 1860, España y Marruecos ponen fin a la guera de África con el tratado de Tetúan o Wad-Ras. Este nombre lo recibe porque fue firmado tras una serie de derrotas del ejército marroquí, entre ellas la batalla de Wad-Ras, que obligó al sultán Muhammad ibn´Abd al Rahman a pedir la paz a la reina Isabel II.
Los numerosos y frecuentes ataques a las ciudades de Ceuta y Melilla llevaron en 1859 al Gobierno español a exigir al sultán de Marruecos sanciones para los culpables. Ante la falta de respuesta, Leopoldo O'Donnell, presidente del Gobierno en ese momento, propuso en el Congreso de los Diputados la declaración de guerra a Marruecos con el apoyo de los gobiernos francés e inglés.
España movilizó un ejército de 36.000 hombres liderado por los generales Juan Zavala, Antonio Ros de Olano y Ramón de Echagüe y Juan Prim en la reserva, junto con artillería y navíos para llegar a su objetivo, la toma de Tetuán, que acabó cayendo a principios de 1860, y el puerto de Tánger.
A finales de marzo de ese año, tuvo lugar la batalla de Wad-Ras en Tetuán, donde los españoles derrotaron a las tropas del sultán y, unos días después, el 26 de abril, firmaron el tratado de Wad-Ras, por el que España recibía un territorio llamado después Ifni y aumentaba el territorio de Ceuta y Melilla. También se sellaron acuerdo comerciales donde España salía beneficiada y además Marruecos debía pagar las indemnizaciones de la guerra. En caso de que no las abonase, España ocuparía Tetuán.
La firma de este tratado supuso el fin de la guerra de Marruecos y, a pesar de la victoria, el Ejército español tuvo grandes problemas de organización, ya que en muchos campamentos tuvieron problemas de aprovisionamiento. Además, perdió más de 7.000 hombres en el tiempo del conflicto (muchos de ellos también por enfermedades). La guerra de Marruecos causó decepción en algunos sectores de la población.