La fragata F-110 está llamada a ser la columna vertebral de la Armada del futuro. El programa, con un presupuesto de 4.325 millones de euros, echó a andar oficialmente el pasado miércoles con la ceremonia de corte de la primera plancha de acero en el astillero de Navantia en Ferrol, en presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Estas instalaciones acogerán la construcción a lo largo de la próxima década de las cinco unidades adquiridas por el Ministerio de Defensa.
Con 145 metros de eslora, 18 de manga y un desplazamiento 6.000 toneladas, la fragata ha sido diseñada para actuar como un buque escolta polivalente, aunque destaca por s sus capacidades antisubmarinas. La dotación será más reducida que la de las actuales fragatas de la Armada, y estará formada por unos 150 marinos. Pero, sin duda, este nuevo buque destaca por el componente tecnológico. Navantia trabajará para entregar a la Armada una fragata inteligente e hipersensorizada, dotada además con un gemelo digital, una de las grandes novedades del programa.
El núcleo o cerebro es el sistema de combate (Scomba) desarrollado también por Navantia, que, a su vez, incorporará el sofisticado sistema antiaéreo Aegis de fabricación estadounidense, que también tienen sus predecesoras las F-100, con capacidad para detectar y seguir más de 90 blancos a 500 kilómetros de distancia.
El mástil integrado representa una de las joyas del buque. En su interior, estarán un conglomerado de sensores de última generación entre los que destacan los radares –en banda X y S- de vigilancia de superficie, blancos aéreos a baja cota y antiaéreos; equipos de guerra electrónica como el Rigel i110; el sistema de interceptación de comunicaciones Regulus; sistema ADS-B de vigilancia; sistema de identificación amigo-enemigo (IFF), sistema de detección de blancos basado en sensores optrónicos IRST i110; o comunicaciones por satélite. En estos sensores trabajan empresas como Indra, Tecnobit o Lockheed Martin.
Respecto al armamento, el buque contará con un cañón principal en proa de 127 mm de la italiana Leonardo preparado para utilizar munición inteligente y de alcance extendido, y estaciones de armas remotas Sentinel 2.0 de 12,7 mm y Sentinel 30, con un cañón de 30 mm, para la defensa cercana de Escribano. También llevará un sistema de lanzamiento vertical de 16 celdas. Desde aquí, podrá lanzar misiles antiaéreos ESSM de Raytheon y antibuque Harpoon de Boeing. A esto hay que sumar los torpedos MK54, también de la estadounidense Raytheon.
Asimismo, destaca el conjunto de sensores de guerra antisubmarina, para contrarrestar y controlar amenazas costeras y en mar abierto, compuesto por dos sonares –Captas y Bluemaster-, el sistema acústico digital Bluescan y el sistema de comunicación submarino Tuum-6. Estos equipos serán suministrados por Thales y SAES.
Tecnología: gemelo digital
Si hablamos de tecnología, el gemelo digital es sin duda una de las grandes novedades. El gemelo digital no es otra cosa que una representación virtual de algo físico que puede ser un barco, una parte de un barco o un proceso, como el montaje de pieza de artillería. Desde el punto de vista conceptual, no tiene nada que ver como una maqueta digital que refleja básicamente en 3D con realidad aumentada los diferentes equipos de un barco. Incorporará técnicas de modelado, simulación e inteligencia artificial que permitirán contar con una representación virtual capaz de reproducir el comportamiento del barco en todo tipo de misiones y hacer un seguimiento permanente del funcionamiento de sus equipos y sistemas.
La fragata contará con un hangar y una cubierta de vuelo desde la que podrá operar un helicóptero y sistemas no tripulados. Asimismo, dispondrá de un espacio multimisión que estará ubicado a proa de la cubierta de vuelo y en la banda de estribor, de forma casi simétrica al hangar del helicóptero y con acceso a la cubierta de vuelo. Este espacio adaptable permitirá transportar y desplegar contenedores, equipos específicos como embarcaciones y material para operaciones anfibias, de buceo o de fuerzas especiales, contenedores para misiones humanitarias, e incluso un segundo helicóptero.
El buque además estará preparado para la integración de vehículos no tripulados, tanto aéreos, como de superficie y submarinos, y también tendrá capacidad para la integración de armas de energía dirigida.
Cifras y calendario del programa
El proyecto marcará el futuro de la Armada y Navantia. Las cifras del programa hablan por sí solas: más de 4.300 millones de presupuesto; una década de carga de trabajo para el astillero de Ferrol; 9.000 puestos de trabajo, entre directos e indirectos; 20 millones de horas de trabajo; alrededor de 2.000 equipos y sistemas en cada buque; y medio centenar de empresas involucradas, la mayoría españolas.
Tras el corte de chapa, arranca ahora la actividad en los talleres de Ferrol. Navantia tendrá dentro de un año y medio aproximadamente el primer bloque de la F-111 en la grada. Según el calendario previsto en la actualidad, la Armada empezará a operar esta primera unidad en 2027 y recibirá la última cinco años después, en 2031. El próximo hito del proyecto será la finalización de la Revisión Crítica de Diseño (CDR), programada para el mes de junio de este año, dentro de dos meses.
La F-110 podrá intervenir en escenarios de alta intensidad en misiones de protección de la fuerza y proyección del poder naval en el ámbito conjunto y combinado, y frente a amenazas convencionales y asimétricas cada vez más complejas. Y, además, su versatilidad les permitirá participar en escenario de baja intensidad en operaciones de seguridad marítima y apoyo a autoridades civiles.
Las cinco fragatas que llevarán el nombre de marinos ilustres de la historia de España: Ramón de Bonifaz (F-111), Roger de Lauria (F-112), Menéndez de Avilés (F-113), Luis de Córdova (F-114) y Antonio Barceló (F-115). Los nuevos buques vienen a sustituir a las seis veteranas fragatas de la serie F-80 (Santa María, Victoria, Numancia, Reina Sofía, Navarra y Canarias), al final ya de su vida, después de tres décadas en servicio.