Imagem: Roberto Caiafa
La acción conjunta de las Fuerzas Armadas brasileñas y los organismos de seguridad pública en la lucha contra los delitos transfronterizos desembocó, entre 2020 y el primer semestre de 2021, en el decomiso de 34,5 toneladas de drogas, alrededor de 3,3 millones de reales en efectivo, 147.000 toneladas de mineral que serían contrabandeadas a Europa y aproximadamente 3.350 cartuchos de munición.
La Operación Ágata está coordinada por la Secretaría de Defensa, a través de la Marina, el Ejército y la Fuerza Aérea, con la participación de agentes de las agencias de seguridad pública federales, estatales y municipales.
A lo largo del año, la movilización se produce en diferentes estados y periodos, utilizando el factor sorpresa para prevenir y reprimir el narcotráfico, el contrabando, la minería ilegal, la pesca depredadora y otras actividades ilegales.
Las actividades de vigilancia e inteligencia también contribuyen a la preservación del medio ambiente y al desarrollo regional.
Los militares fueron empleados en tres operaciones conjuntas en 2020 - Ágata Norte, Pantanal y Sul, y dos operaciones en 2021 - Ágata Amazônia y Oeste.
Imagem: Ministério da Defesa
Para el jefe adjunto de Operaciones del Ministerio de Defensa, general de brigada Sérgio Rezende de Queiroz, la asociación con los organismos públicos optimiza la presencia del Estado, contribuyendo a la reducción de las actividades ilícitas. "Cada agencia gubernamental tiene una característica específica. La sinergia del trabajo de los organismos gubernamentales con las Fuerzas Armadas aumenta la eficacia del Estado brasileño en la lucha contra los delitos transfronterizos", explicó.
También refuerza que la acción conjunta "combina las capacidades logísticas y el poder militar de las Fuerzas Armadas con los conocimientos técnicos y de investigación de los Cuerpos de Seguridad Pública y otros organismos gubernamentales".
Además de las acciones integradas, la Armada, el Ejército y las Fuerzas Aéreas han participado en más de 500 operaciones individuales.
La capilaridad de las Fuerzas Armadas permite una amplia protección de las regiones sensibles.
Alcanza la frontera marítima, de más de 7.000 kilómetros; la frontera terrestre, de unos 17.000 kilómetros; y la superficie de unos 22 millones de kilómetros cuadrados de espacio aéreo.
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