El presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, ha confirmado que el radar LTR-20, que había perdido operatividad 11 días después de ser reubicado en el cerro Montecristi, en la provincia de Manabí, fue saboteado por grupos narcotraficantes que operan en la zona.
Lasso, en un mensaje a la nación, reconoció la delicada situación en materia de seguridad que atraviesa Ecuador y denunció que en los últimos años se "entregaron deliberadamente territorios a bandas delictivas para que operaran de manera impune". El presidente señaló: "Ustedes han visto el crecimiento del micro narcotráfico en nuestras ciudades pero también el sabotaje a un radar que recientemente había sido puesto a operar en Manabí".
Anteriormente, desde el Ministerio de la Defensa Nacional, informaron que el pasado 7 de noviembre, en horas de la madrugada, se registró una explosión en las instalaciones del radar que provocó que el mismo dejara de funcionar. Si bien en un principio se apuntó a una falla del propio sistema como la causante del estallido, no se descartó totalmente la posibilidad de que se tratara de un hecho intencionado.
El LTR-20 había sido trasladado el pasado 27 de octubre a la cima del cerro Montecristi, a una altura de 600 metros, para ser empleado en la detección de vuelos ilegales y actividades ilícitas, contando para ello con un alcance de aproximadamente 321kilómetros.
Lucha contra el crimen organizado
Durante su discurso, Lasso aseguró que asumirá él mismo "la coordinación nacional de las fuerzas del orden" y que "la seguridad ciudadana pasa a ser la prioridad número uno del despacho presidencial".
Además, el mandatario dijo estar seguro de que el esfuerzo de Ecuador contra la inseguridad "trascenderá fronteras" y que en el combate al narcotráfico cuenta con el apoyo de países como Estados Unidos, Israel, Colombia, Reino Unido y España, como también de Naciones Unidas y la Unión Europea.