(Infodefensa.com) G. Soriano, Madrid El sistema de defensa aérea MEADS desarrollado por Italia, Alemania y EE UU para sustituir a las viejas baterías de misiles Patriot, entre otras, ha demostrado con una prueba real su capacidad para destruir dos amenazas simultáneas atacando desde direcciones opuestas. El ensayo, realizado en el polígono estadounidense White Sands Missile Range, en Nuevo Mexico, ha evaluado con éxito sus capacidades para la defensa aérea y antimisiles (conocidas por las siglas inglesas AMD) en un área de 360 grados a su alrededor.
Según el director general de la agencia de gestión de este ingenio, Gregory Kee, ningún sistema AMD móvil terrestre desplegado puede interceptar objetivos desde dos direcciones al mismo tiempo tal y como hoy ha conseguido el MEADS.
En la prueba han participado todos los elementos que equipa el arma, desde sus radares de vigilancia y control de fuego de 360 grados de cobertura, hasta su red de gestión de batalla, pasando por los dos lanzadores ligeros que han disparado los misiles PAC-3 encargados de interceptar los objetivos.
En este ensayo se ha enfrentado al mismo tiempo a un avión no tripulado QF-4 aproximándose desde el sur y a un misil Lance volando en una trayectoria táctica balística desde el norte.
El radar de vigilancia logró detectar ambos objetivos y derivó los datos al gestor de batalla que, a su vez, pasó las órdenes oportunas al radar de control de disparo (MFCR, por sus siglas en inglés), que es el que se encargó de guiar a los dos misiles, lanzados en la configuración italiana y alemana, que finalmente interceptaron ambas amenazas.
El sistema más avanzado del mundo
Para Gregori Kee esta prueba es la culminación del esfuerzo de tres países trabajando juntos en el diseño, desarrollo y fabricación del sistema del sistema de armamento defensivo antimisiles y antiaéreo más capaz y avanzado del mundo.
El director general de MEADS International, Dave Berganini, explica por su parte que esta doble intercepción, sin precedentes, prepara al sistema de cara a otros desarrollos y pruebas en Europa.
Berganini, destaca que el sistema proporciona avanzadas capacidades para detectar, seguir e interceptar sin puntos ciegos amenazas más lejanas. Su radar de control de tiro, por ejemplo, (conocido por las siglas en inglés MFCR, de Multifunction Fire Control Radar) le proporciona unas capacidades de seguimiento de precisión y de discriminación de banda ancha a la vez que, en caso necesario, puede realizar tareas de vigilancia, en tanto en cuanto no pueda desplegarse un radar específico para este segundo cometido.
El MEADS (acrónimo de Meads Extended Air Defense System), definido por sus creadores como un sistema terrestre de defensa antiaérea y antimisiles de última generación, es un ingenio equipado con lanzadores fácilmente transportables capaces de disparar los señalados misiles PAC-3 con la ayuda de sus radares de cobertura total y de su sistema de gestión de batalla.
Este sistema se probó por primera vez contra un objetivo simulado en 2011, y en abril del año pasado completó su primer ensayo contra un objetivo real.
Un proyecto italiano, alemán y estadounidense
El MEADS ha sido concebido para sustituir a viejas baterías de misiles de defensa antiaérea como las de los antiguos Patriot, y puede ser transportado por aviones C-130 y A400M.
Según sus desarrolladores combina una mayor protección de batalla con una renovada flexibilidad para la protección contra misiles balísticos, misiles de crucero y aeronaves, tripuladas o no.
MEADS International es el contratista principal del sistema antiaéreo móvil MEADS, un proyecto militar con el que se trata de reemplazar a antiguos sistemas de misiles de defensa aérea como los Patriot. Se trata de una empresa multinacional conjunta con sede en Orlando, en el estado norteamericano de Florida, formada por las divisiones de MBDA en Italia y Alemania, y la norteamericana Lockheed Martin. Estados Unidos financia el 58% del programa, Alemania el 25%, e Italia el 17%.
Hasta principios de este año ya se habían desembolsado en torno a 4.000 millones de dólares (3.000 millones de euros) en este desarrollo que EE UU se llegó a plantear abandonar, ya que, según algunos legisladores norteamericanos, no vale la pena invertir más en un sistema que los estadounidenses no tienen la intención de comprar. La cancelación supondría al país un desembolso de 400 millones de dólares como penalización, lo mismo que se ahorraría con el abandono de su participación.
Foto: MBDA