RPAS España: 'The ball is in your court'
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RPAS España: 'The ball is in your court'

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(Infodefensa.com) Por Inés de Alvear Trenor – (*) “The ball is in your court”, con esta contundente conclusión (expresión más que traducible a nuestro idioma como seguro estará en la mente de todos) terminó una de sus intervenciones el representante de EUROCONTROL en el Taller para la Comunidad Española de RPAS celebrado en la sede de la Agencia Española de Seguridad Aérea (AESA) en Madrid, entre los días 28 y 30 de enero de 2014.

Se refería, naturalmente, al hecho de que, en España, nos encontramos ante un momento crítico para el futuro desarrollo del mercado de los RPAS (Remotedly-PilotedAircraft SYstems o lo que es lo mismo en castellano, los Sistemas de Aeronaves Pilotadas de forma Remota) puesto que nuestro legislador está, en estos momentos, trabajando en la creación de lo que constituirá la futura regulación de estos sistemas llamados a representar –como bien se apuntaba desde la Asociación que agrupa a esta industria, AERPAS– en menos de 10 años, un importante actor del mercado aeronáutico, en el que, posiblemente, habrá más RPAS que vehículos tripulados.

Lo primero que hay que saludar (con ¡efusión y bienvenida!) es, desde luego, la iniciativa –inédita, hasta donde conocemos, en otros ámbitos de la Administración-. Promovida por la propia AESA, para convocar un taller que, no casualmente, se llama “para la comunidad española de RPAS”. Como explica con precisión y detalle su principal promotor, D. José María Ramírez Ciriza, responsable de las actividades internacionales y estratégicas de AESA, la iniciativa buscaba, ante todo, reunir a toda la comunidad de agentes del sector, desde empresas productoras de sistemas, representantes de la administración -en sus diferentes vertientes, reguladores, operadores, centros tecnológicos- académicos, profesionales, usuarios y, en fin, todos aquellos interesados en el desarrollo a futuro de los RPAS. Reunirlos, principalmente para disponer de una comunidad, adecuadamente representada, a la que comunicar la novedades legislativas que se vayan produciendo pero, lo que es más importante, para repasar la situación actual del sector y determinar conjuntamente sus retos y oportunidades.

De manera que, vaya por delante la contundente enhorabuena por la propia iniciativa en cuestión que, además, creemos sinceramente que fue un éxito memorable, tanto en términos de aforo (más de 250 representantes tanto nacionales como internacionales) como de calidad de las ponencias y presentaciones, y de disponibilidad de las diferentes autoridades.

Se alcanzaron algunas importantes conclusiones que deberían difundirse abiertamente, para que el mensaje llegue y sobre todo, cale entre la población española. Hacer públicas las conclusiones y objetivos alcanzados no solo dará visibilidad a las actuaciones que se están realizando sino que, además y más importante, generará una responsabilidad de la que habrá que dar cuentas en el futuro. Se trata de lo que los ingleses llaman accountability. Debemos acostumbrarnos a manejar criterios de exigencia y responsabilidad, de rendición de cuentas; en definitiva, de dar cumplimiento a lo comprometido. Por tanto, sería deseable que las conclusiones y objetivos del taller se hagan lo más públicas posibles pues ello demostraría el grado de compromiso y responsabilidad al que está dispuesta nuestra Administración.

Pero, además, algunas de las conclusiones alcanzadas por los expertos allí reunidos (muchos representantes de las muy distintas y numerosas organizaciones internacionales involucradas en mayor o menor medida en la evolución de los sistemas RPA) han puesto de manifiesto las especiales condiciones de las que disfrutamos en España que hacen de nuestro país un lugar especialmente adecuado para el desarrollo de aplicaciones civiles e industriales de RPAS.

Hay una oportunidad para convertir a España en líder mundial de estas nuevas tecnologías que tanto desarrollo tienen por delante y cuya presencia en los cielos del futuro es ya más que indiscutible. Los expertos confirman que la oportunidad existe porque disponemos tanto de las capacidades como de las condiciones adecuadas para que la industria encuentre en nuestro país, el lugar idóneo en el que centrar el desarrollo de esta tecnología. Entre las capacidades de las que dispone España, que se mencionaron en la reunión, están: la tecnológica, agrupada en torno a sofisticados y muy experimentados centros de investigación (como el INTA), y la capacidad industrial, representada por toda la industria auxiliar aeronáutica ya establecida en España. Entre las condiciones que hacen del nuestro un país especialmente idóneo para el desarrollo de las aplicaciones de los RPAS están: nuestra climatología, nuestra baja densidad de población (lo que permite la experimentación y operativa de estos sistemas con mucho mayor grado de seguridad) y, en fin, nuestra -envidiablemente larga- línea de costa.

Por lo tanto, la Administración debe aprovechar esta oportunidad para colocar a España en lugar de liderazgo que le puede corresponder teniendo en cuenta esas condiciones especialmente favorables.

Es cierto que la regulación es un elemento de competitividad y que los países más rápidos en desarrollarla dispondrán de una ventaja competitiva. Pero debe hacerse preservando en todo momento los intereses de nuestra industria nacional, como se hace, sin ninguna clase de rubor, en otros países que nos rodean.

En este sentido, se mencionan a continuación algunas de las reivindicaciones de la Industria que la Administración debería atender:

Los requisitos en términos del establecimiento del sistema de certificados y de las cualificaciones que serán exigibles para el pilotaje de los RPAS deben de sopesarse adecuadamente y mantener la correspondiente proporcionalidad con el riesgo. Las circunstancias asociadas a los riesgos en la operación (complejidad de las operaciones, densidad de población, vuelos VLOS en despoblado, en zona poblada, vuelos BVLOS) deberían tenerse en cuenta a la hora de clasificar las certificaciones y licencias exigibles; la masa debería de ser un criterio más entre todos ellos. Los criterios de riesgo que pueden tenerse en cuenta a la hora de abordar la clasificación de los distintos tipos de RPAS y el régimen de certificaciones y titulaciones necesarias, pueden ser múltiples, desde su energía de propulsión, su velocidad, la capacidad de carga y la necesidad de fuel en su alimentación, etc. El espectro de las distintas franjas o umbrales de clasificación debería aumentarse para no dejar sectores fuera del mercado o sometidos a condiciones de certificación o cualificación tan exigentes que hagan prácticamente inviable su operativa; sobre todo si las condiciones de su operación están desproporcionalmente desprovistas de riesgo en relación con las exigencias de titulación que llevan asociadas. Deben regularse cuanto antes los RPAS mini y deberían crearse espacios aéreos exclusivos para UAS/RPAS en aquéllos en los no pueden volar otras aeronaves. Con el fin de maximizar los limitados recursos de la Administración, hay que incorporar instrumentos que permitan agilizar los procedimientos administrativos, como la introducción de un régimen declarativo (en lugar de fiscalizador), el apoyo en entidades colaboradoras para determinadas tareas técnicas y, en definitiva, dejar a la intervención de las autoridades solo las tareas más complejas. Las exigencias en materia de mantenimiento deben de considerar el sistema completo si bien aplicando requisitos proporcionales en función de su complejidad. En todo caso, deberían exigirse las adecuadas coberturas aseguraticias que contemplen la totalidad de los riesgos en su máxima dimensión La regulación civil debería realizarse teniendo presentes las lecciones aprendidas en el ámbito militar, que ya dispone de una regulación específica y tratando de evitar, en la medida de lo posible el mayor número de divergencias. Deberían asociarse algunas de las principales preocupaciones que hoy existen en relación con las RPAS (como son el vuelo en las necesarias condiciones de seguridad-safety y security en sus acepciones inglesas-, la preservación de la privacidad de datos, imagen e intimidad exigibles, la responsabilidad asociada a los posibles incidentes, etc.) a exigencias de gobierno corporativo, incorporando la obligación de tener nombrado un responsable dentro de la empresa que será el responsable de que la operación se realice con garantía de cumplimiento de todas las condiciones legalmente exigibles.

La importancia de los RPAS queda expresivamente indicada en el aforismo que se maneja en el sector: la pregunta no es ¿sustituirán las aeronaves pilotadas remotamente (RPAS) a las aeronaves tripuladas?, sino que la pregunta es ¿cuándo lo harán?

La Administración española debe entender que mientras llega ese cuándo el diseño de ese cómo es crítico para la industria de RPAS española y toda la industria auxiliar que representa; y, desde luego, puede resultar grave para el futuro económico de nuestro país, si perdemos la oportunidad de convertirnos en líderes en el impulso de esta importante nueva tecnología.

Sabemos que estamos ante un sector calificado de estratégico por la Unión Europea, con un importante potencial para España y cuyo desarrollo está siendo frenado por la falta de regulación. Pero el diseño de ésta debe ser acometido desde la perspectiva de los intereses soberanos e industriales, preservando, por supuesto, y en todo momento los derechos de los ciudadanos.

La legislación que regule los RPAS en España, deberá sin duda estar lo más armonizada posible con las de aquellos países que ya la tienen y con las iniciativas en preparación de las distintas organizaciones internacionales con competencias relevantes. Pero nuestra legislación solo será útil a nuestro país, a nuestra industria, a nuestra economía y, en definitiva, a nuestros intereses, en la medida en que se alinee y represente adecuadamente las capacidades tecnológicas de las que disponemos sacando así el máximo partido de las condiciones privilegiadas que tenemos en España para ser líderes mundiales de este sector. Estos intereses deben ser los primeros en la lista de aquéllos a proteger por nuestra propia Administración.

Por tanto, cabe ahora decir a nuestra Administración, señores: the ball is in your court.

(*) INÉS DE ALVEAR TRENOR es abogada y socia de ProLaw Abogados

Foto: INTA

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