El capitán de fragata de la Armada de Alemania, Lars Johst, especialista en submarinos ha isdo uno de los participantes en el III Simposio Internacional de Seguridad y Defensa que organizó la semana pasada la Escuela Superior de Guerra Naval de la Marina de Guerra del Perú. El capitán centró su intervención en su área de expertise, disertando sobre los desafíos para los submarinos, su rol dentro de la OTAN y las misiones en que Alemania los emplea, así como experiencias operacionales. Infodefensa.com pudo hablar con él sobre el presente y futuro de los submarino, así como sobre la caza de este tipo de buques que, según Johst, pasa por "las detecciones bi-estáticas (bi-static detection)".
El capitán inició su ponencia explicando que Alemania tiene en su inventario seis submarinos convencionales de ataque tipo U212A, construidos por ThyssenKrupp Marine Systems y considerados entre los más silenciosos del mundo. Johst destaco la importancia del arma submarina y su uso como "herramienta de turno para las decisiones políticas" en la medida que el rol de los sumergibles es el control de la columna submarina de agua.
De las experimentadas palabras del capitán Johst se desprende que luego de la Segunda Guerra Mundial, la Armada alemana hace una práctica del despliegue de sus submarinos en los que se consideran aguas marrones o litorales (brown water), el mar Báltico, con la misión específica de patrullar sus aguas hasta el punto en que una eventual potencial fuerza hostil realiza maniobras con la intención manifiesta de desembarcar tropas, equipos y vehículos en territorio alemán. En esa labor, la furtividad de los sumergibles es un factor clave que es explotado por la doctrina vigente por entonces, a través del uso independiente del submarino.
Persistía aún la noción del lobo solitario, del norte, que ante fuerzas superiores se podrían agrupar para formar paquetes de ataque, pero al no existir tales amenazas, los submarinistas se acostumbraron a actuar ellos solos con su “tiburón de metal”. Actualmente, esto es una cosa del pasado.
Doctrina operacional de la OTAN
Con el transcurso del tiempo, la alianza creada entre Estados Unidos y los países de Europa, la OTAN, va generando su propia doctrina operacional en la que las unidades navales y sus tripulaciones se tienen que adecuar a operaciones en el ámbito de una alianza. Asimismo, el desarrollo de nuevas tecnologías convierte al globo en un lugar cada vez más pequeño, con menores tiempos requeridos para desplazarse de un lugar a otros.
Los submarinos no se escaparon de la influencia tecnológica y se emplean en operaciones mar adentro, en aguas azules (blue waters) con cada vez mayor frecuencia y a menudo como el elemento furtivo de una Fuerza de Tareas, tal y como hizo la OTAN durante la Guerra Fría, con cambios implementados desde entonces.
Según indica el capitán Johst, los submarinos alemanes se empezaron a utilizar en despliegues fuerza del Mar Báltico, hacia el Atlántico, Mar del Norte y el Mar Mediterráneo, con lo que las operaciones en el Mar Báltico pierden la importancia relativa de otros años, al punto de haber atraído el interés de otros países, que iniciaron sus propias maniobras en dichas aguas. La respuesta lógica de la Marina alemana fue reasignar prioridad y desplegar misiones de vigilancia en el Báltico, aunque a menudo de manera encubierta.
Ventajas y desventajas
Cada submarino, nuclear o convencional, tiene sus ventajas y desventajas, pero ambos son una herramienta que ofrecen numerosas opciones, y conforme avanza la tecnología son cada vez más complicados de detectar. Sin embargo, la interrogante que todo comandante de submarino tiene que hacer frente en algún momento dado, es atacar o no revelar su posición, y ello es más punzante si se evalúa utilizar misiles de lanzamiento submarino, que una vez que el arma rompa la superficie del agua, la posición del submarino será conocida para unidades en la vecindad.
Algo similar ocurre cuando el submarino requiere comunicarse con fuerzas amigas, se tiene que tener en mente el riesgo de detección al emitir señales, así como las demandas que representan operar en aguas litorales en soporte de fuerzas navales, donde el submarino puede ser detectado con mayor facilidad.
Es en ese sentido importante, de acuerdo a Johst, que los submarinistas nunca pierdan de vista su tarea básica tradicional. Y este dilema tiene que ser balanceado con la necesidad de integrar cada vez más al submarino en una Fuerza de Tareas.
Respecto al futuro de la caza de submarinos. Johst insistió en que pasa por el uso de las detecciones bi-estáticas, en las que dos unidades navales, fragatas o destructores, por ejemplo, colaboran entre sí en la búsqueda de un submarino en las inmediaciones. Una de las embarcaciones de superficie actúa como emisor activo y la otra como detector pasivo (completamente pasivo) de los pings que eventualmente reboten del casco del submarino.
Finalmente, para el comandante Johst, es fundamental para los submarinistas desarrollar procedimientos para la implementación de una efectiva estrategia de defensa anti-aérea, y en ese segmento una gran oportunidad la representa el misil IDAS (Interactive Defence and Attack System for Submarines), un proyecto que apunta a la integración en submarinos de un misil que sirva para acciones en contra de aeronaves, embarcaciones de superficie y emplazamientos en la costa, sin que el submarino tenga que emerger. Ya se han hecho pruebas en 2008, desde un submarino 212A alemán en el Báltico, este año desde un submarino noruego, que repetirá el plato el próximo año en las pruebas finales de desarrollo.
Foto: US Naval Institute