Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar) está en la etapa final del programa de mantenimiento mayor del submarino SS-22 General Carrera de la Armada de Chile. La unidad, que se encuentra en el dique flotante techado Talcahuano en los últimos trabajos de puesta a punto antes de concluir el proceso previsto para el mes de junio, fue visitada la semana pasada por el ministro de Defensa, Alberto Espina, en compañía del comandante en jefe de la institución, almirante Julio Leiva.
La empresa chilena ha efectuado el primer programa mundial de recuperación integral de submarinos de la clase Scorpène. Esto permitió recobrar las capacidades nominales originales de diseño. En 2016 concluyó el refit del SS-23 General O´Higgins, uno de los dos submarinos de la clase Scorpène de Naval Group que posee el país, y el conocimiento adquirido en este proceso fue replicado en su unidad gemela en las instalaciones que posee Asmar en la planta industrial Talcahuano, en la región del Biobío.
El complejo proyecto realizado por el astillero nacional abarcó la recuperación completa del casco, motores eléctricos y diésel, activación y reemplazo de las baterías además de la revisión y recuperación de todos los componentes mecánicos, eléctricos, electrónicos, ópticos e hidráulicos que posee cada plataforma de combate.
Asmar recibió apoyo técnico de Naval Group durante este programa, tal como dio a conocer Olivier Michel. vice presidente de América Latina de la firma de construcción naval francesa en una entrevista efectuada en Fidae 2018 por Infodefensa.com. Naval Group entrega asistencia a Asmar para mantener los submarinos y suministra servicios para sostener los diferentes sistemas instalados a bordo de los submarinos chilenos.
Los SS-22 General Carrera y SS-23 General O´Higgins son submarinos diesel-eléctricos de última tecnología que han sido diseñados para desarrollar misiones de guerra antisubmarina, antisuperficie y operaciones especiales. Se caracterizan por su furtividad, persistencia en operaciones y potencia de fuego. El contrato de construcción de estas unidades fue suscrito el 17 de diciembre de 1997, alcanzó una cifra de 420 millones de dólares y permitió reemplazar a las unidades del tipo Oberon SS-22 O´Brien y SS-23 Hyatt que prestaron servicios por más de dos décadas en Chile.
Los submarinos de la clase Scorpène tienen 66,4 metros de eslora, 8 metros de manga total incluyendo hidroplanos, 16,4 metros de puntal total y 5,4 metros de calado medio. Desplazan 1.711 toneladas sumergidos, una velocidad de 21 nudos bajo el mar y una autonomía de 6.500 millas náuticas a 8 nudos en superficie.
Las unidades chilenas disponen de seis tubos lanzatorpedos de 533 mm capaces de disparar torpedos pesados, misiles o sembrar minas. El sistema automático de manejo y recarga de los torpedos permite su disparo en salva. Cada submarino puede transportar un máximo de 18 torpedos o misiles o bien 30 minas. Su armamento está compuesto por torpedos Black Shark de Leonardo, SUT 264 Mod 1 de Atlas Elektronic y misiles antibuque SM-39 de MBDA.
El primero de los submarinos, el SS-23 O´Higgins, arribó a Chile en diciembre de 2005 mientras que su unidad gemela, el SS-22 General Carrera, llegó al país en diciembre de 2006.