Hace más de 40 años, en marzo de 1981, México incorporó diez aviones F-5E y F5F a través del programa de ventas militares al extranjero que implementó el Departamento de Defensa de Estados Unidos, desde entonces los aviones han sido las únicas adquisiciones del país en materia de aviación de combate y aun cuando es evidente su desfase tecnológico, en comparación con supersónicos modernos, y su alto costo de su mantenimiento y operación no se tiene prevista su renovación.
Tras la compra de los Tigres a la desaparecida Northrop Aircraft, los aviones iniciaron su operación en el país en 1982. El precio unitario del modelo F5E fue de 5.822.88 de dólares, mientras que el F5F costó 7.529.000 dólares.
En su momento las herramientas fueron consideradas como de última generación, sin embargo, a cuatro décadas de su adquisición, las Fuerza Aérea Mexicana solo tiene una cobertura del espacio aéreo del 32%, en un país con una extensión territorial de 1.964.375 kilómetros cuadrados, de los cuales 5.127 kilómetros cuadrados son de superficie insular.
La importancia de la cobertura del espacio aéreo radica en la protección del país ante amenazas como el crimen organizado y el narcotráfico; de acuerdo con información solicitada por Infodefensa.com a través de la Plataforma Nacional de Transparencia, de diciembre de 2018 a septiembre de 2020, durante la actual administración federal, han sido interceptadas por la Secretaría de la Defensa Nacional y la Fuerza Aérea Mexicana 38 aeronaves, número que contrasta con las cerca de 10.000 pistas clandestinas localizadas en la última década en el país, que han sido localizadas en todo el territorio y son utilizadas para la descarga de estupefacientes que provienen de América Central y del Sur con el objetivo, principalmente, de llegar a Estados Unidos.
De acuerdo con fuentes castrenses consultadas, es urgente renovar el escuadrón de combate con la finalidad de salvaguardar la soberanía nacional de amenazas y para vigilar las instalaciones estratégicas en un territorio con 128 millones de habitantes.
Pues aunque las horas de vuelo de la flota suman 20.670, es decir, cerca de la mitad de su vida útil, insistieron en que el costo de mantenimiento de los F-5 es más alto cada vez y ello, se debe a que existen muy pocas refacciones de los modelos antiguos. Además, su huella de contaminación es muy alta debido a que consumen más combustible que un avión moderno, a ello se suma que es frecuente que el Escuadrón Aéreo 401, al que pertenecen, nunca se encuentra completo, pues hasta el 80% de los aviones pueden estar en mantenimiento mayor o menor debido a sus horas de vuelo y con ello la operatividad de combate en México se reduce a 2 o 3 aeronaves.
Según información de la propia Secretaría de la Defensa Nacional y de la Fuerza Aérea Mexicana obtenida por Infodefensa.com, el costo de mantenimiento del escuadrón durante 2017 fue de 141.490.829 millones de pesos, unos 7.074.541 millones de dólares, precio que aumenta cada año, aunque no así las funciones del escuadrón que se reducen a algunas operaciones en el sureste y a la exhibición del 16 de septiembre con motivo del desfile militar por el aniversario de la Independencia de México, ya que en su historia nunca han realizado ejercicios de combate internacionales según lo que revela la propia Fuerza Aérea.
El costo por hora de vuelo de los F5 es de 59.103 pesos, cerca de 3.000 dólares, por lo que no se trata de las aeronaves más costosas de la flota mexicana, compuesta por 307 aeronaves. Sin embargo, sus horas de vuelo cada vez son más reducidas dado que México solo cuenta con cuatro radares de última generación en el sur del país, por lo que los despliegues de las aeronabes se limitan a esa zona. Mientras que en el norte, justo en el lugar más cercano con Estados Unidos y en donde se desarrollan las actividades del narcotráfico, no se tiene un despliegue.
Para el experto en seguridad nacional Íñigo Guevara, México es uno de los países de América Latina que tiene menos aviones de combate, siendo Brasil el país con mayor número de herramientas con 164. Guevara consideró que México requiere de al menos un escuadrón completo, es decir, de 12 a 18 aeronaves nuevas capaces de responder a cualquier emergencia y reaccionar ante una situación imprevista.
Aún cuando especialistas y miembros de la Fuerza Aérea en diversos foros han advertido la urgencia de la renovación, el argumento de la Sedena en el sexenio anterior fue el siguiente: “Actualmente los aviones F5 con los que cuenta la Fuerza Aérea Mexicana realizan las misiones que tienen encomendadas manteniendo una fuerza de reacción de defensa aérea para salvaguardar el espacio aéreo nacional, así como llevar a cabo operaciones aéreas en apoyo a las fuerzas de superficie en cumplimiento de sus respectivas misiones”
Mientras que la actual administración federal en el Programa Sectorial de Defensa de 2021 tampoco contempla la adquisición de aviones de combate y, bajo la política de Austeridad Republicana, tampoco se tienen planes de adquirir herramientas hasta 2024, por el contrario se planea la venta y rifa de aviones de la Sedena, la Secretaría de Marina y otras Fuerzas de Seguridad.
De tomar la decisión y requerir nuevos aviones de combate, México tendría que hacerlo lo antes posible pues el mercado internacional tiene retrasos en las entregas que se han agravado con la pandemia por Covid-19.