Francia exhibe el uso militar del primer monopatín volador

La capacidad de desplegar soldados voladores ya no es una entelequia. El Ministerio de las Fuerza Armadas de Francia ha aprovechado la celebración de un foro de tecnología e innovación que tuvo lugar el pasado fin de semana en París para exhibir la aplicación militar de la tabla voladora Zapata Flyboard Air, considerada por su fabricante como “el sistema de avión personal más seguro, fácil, ligero y maniobrable jamás creado”.

Se trata de una especie de hoverboard (esa especie de tabla con dos ruedas paralelas y funcionamiento eléctrico que desde hace unos años tiene mucho éxito entre los niños) que tiene la capacidad de elevarse y mantener a la persona subida en él suspendido en el aire o volando a cerca de 200 kilómetros por hora. El grado de maniobrabilidad que muestra en los videos sobre su uso este artilugio de 1.000 cv parece inverosímil.

El Flyboard es un aparato ya conocido desde que su creador, el ex campeón del mundo de moto acuática Franky Zapata, lo presentó en abril de 2016. Esta semana, el pasado 24 de noviembre, ha sido exhibido por primera vez en unas maniobras de las fuerzas especiales del Ejército francés durante el citado foro tecnológico.

Durante la demostración, una persona subida a una de estas pequeñas plataformas voladoras recreó el modo en el que puede emplearse para neutralizar a un grupo de individuos armados durante una operación militar. La propia ministra de las Fuerzas Armadas del país, Florence Parly lo ha definido como “innovación en acción con este Flyboard”, al que considera “esencial para preparar los combates del mañana”.

El secretario de Estado para Asuntos Digitales de Francia, Mounir Mahjoubi, ha escrito en su cuenta de Twitter que el Ejército de su país “siempre debe estar a la vanguardia de la innovación”. El texto aparece en un tuit acompañado por un video en el que se muestran unos segundos del vuelo de este sistema exhibido el sábado sobre el río Sena.

Zapata ha contado con una aportación estatal francesa de 1,3 millones de euros para perfeccionar su invento con intención de adaptarlo a un uso militar.