Carabineros y las escopetas antidisturbios Hatsan en la crisis de Chile
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Carabineros y las escopetas antidisturbios Hatsan en la crisis de Chile

Carabineros de Fuerzas Especiales portan escopetas antimotines Hatsan Escort AimGuard. Foto: Ministerio del Interior
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Debido a las violentas manifestaciones que se registran en Chile, el personal de Carabineros está utilizando armas no letales con la finalidad de restablecer el orden público. La escopeta antidisturbios Hatsan Escort AimGuard es una de ellas, y organismos de Derechos Humanos están evaluando la técnica de uso y el efecto deseado ya que desde el 18 de octubre, fecha en que se iniciaron las protestas, se han registrado cerca de 200 civiles con lesiones oculares.

Tras las denuncias en contra de la institución, la policía uniformada emitió una declaración pública sobre el perfeccionamiento de los protocolos sobre el uso de la fuerza en el control del orden público. El texto señala que "por mandato constitucional, Carabineros de Chile tiene el deber de resguardar el orden público y proteger a las personas, su libertad y sus derechos. Y tiene como misión proteger y ante todo cuidar a la población. Carabineros tiene un compromiso absoluto con los derechos humanos, en el cumplimento de sus funciones.

"Contamos con una Dirección de Derechos Humanos y cursos de formación e instrucción permanente al personal operativo en esta relevante materia". Agrega que "como institución, comprendemos la legítima preocupación de la ciudadanía respecto de la aplicación de los protocolos sobre uso de la fuerza, en el control del orden público. Por ello, estos protocolos fueron actualizados en marzo de este año, a partir de las recomendaciones de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos vinculados con los derechos humanos, y de la sociedad civil. Su aplicación debe regirse por los principios de legalidad, racionalidad proporcionalidad y responsabilidad de la fuerza.

Protocolo

Según el documento policial, "en el caso del empleo de las escopetas antidisturbios, estas solo se consideran como recurso de última instancia, cuando hay riesgos para la integridad de la población o del personal de Carabineros. Este mecanismo de defensa se usa desde hace muchos años en Chile y forma parte de los protocolos de diversos países en el mundo. Comprendemos que pueda haber casos donde los protocolos no se hayan cumplido debidamente o se cometan vulneraciones de la norma. La política institucional es que, en todos estos casos, siempre se investigue administrativamente y se denuncie ante el Ministerio Público".

"También hemos establecido canales de colaboración con el Instituto Nacional de Derechos Humanos y todas las instituciones responsables de investigar y sancionar los eventuales abusos o vulneraciones de los protocolos". Añade el comunicado que se ha dispuesto de cuatro nuevas medidas para asegurar la correcta aplicación de los protocolos sobre el uso de la fuerza, en el control del orden público.

La primera disposición es referente al empleo de las escopetas antidisturbios: se acotará su uso a casos donde exista riesgo de vida para Carabineros o de civiles, o amenaza manifiesta para los bienes públicos y privados, lo que significa perfeccionar el protocolo que fue actualizado en marzo de 2019 y, dadas las circunstancias actuales, requiere una nueva actualización. Independiente de la tramitación de los cambios a los protocolos, esta medida empezará a regir de inmediato, por medio de instrucciones a los respectivos mandos operativos. Además, se realizará un nuevo entrenamiento entre el personal autorizado para el uso.

La segunda medida hace mención a los medios audiovisuales de verificación. En el caso de quienes usen escopetas antidisturbios, deberán portar cámaras de vídeo corporales. Dicha medida comenzó a regir desde el 11 de noviembre para toda la Zona Metropolitana de Carabineros donde se utilizan las GoPro y Axon Body 2.

La tercera iniciativa es el despliegue de instructores de Derechos Humanos. Se dispondrá de 250 instructores institucionales certificados en Derechos Humanos, para que se desplieguen en todos aquellos lugares durante las movilizaciones, para asegurar el correcto cumplimiento de los protocolos de actuación.

Y la cuarta medida es la invitación de delegaciones de policías extranjeras para trabajar en la mejor aplicación de los protocolos de actuación, en el marco de casos y/o situaciones de extrema violencia.

La escopeta

Según el protocolo del uso de la fuerza de Carabineros, existe un cuado de niveles de resistencia y fuerza, donde el Nivel 4 (Agresión Activa que corresponde al intento de lesión para resistir el control) permite el uso de armas no letales tanto como reactivos y tácticas defensivas para inhibir la agresión.

El empleo de la escopeta antidisturbios debe ser consecuencia de una aplicación necesaria, legal, proporcional y progresiva de los medios, cuando el efecto de otros elementos, tales como agua, humo, gases y otros, resulten insuficientes o el nivel de agresividad haga aconsejable su utilización para evitar un mal mayor, en donde esté en riesgo la integridad física de los transeúntes, manifestantes o carabineros. De este modo, el uso de la escopeta antidisturbios corresponde al Nivel 4 y Nivel 5 (Agresión Activa Potencialmente Letal).

La definición dada para la escopeta es: "un arma de fuego larga, y su denominación de antidisturbios se debe a que utiliza cartuchos calibre 12mm no letales, tales como, perdigón de goma, Super Sock, entre otros, utilizándose bajo el nivel cuatro del uso de la fuerza". Actualmente, este armamento es usado por distintas comisarías de la institución, sin embargo, la unidad especializada antimotines es la Prefectura de Fuerzas Especiales, que tiene como misión restablecer el orden público y garantizar la seguridad en caso de catástrofes y calamidades.

Para la acción antidisturbios urbanos emplea armas no letales como bastones policiales, granadas lacrimógenas, granadas aturdidoras (luz-ruido), gas pimienta, pistolas de electroshock Axon Taser X2, carabinas lanzagranadas Penn Arms de Combined Systems L137 con culata fija (L137-1) y plegable (L137-3) de 37/38mm, y lanzagranadas Condor AM 637 de 37/38mm, entre otras, además de las escopetas antidisturbios Hatsan Escort AimGuard, con culata fija y plegable, y la Benelli M3 Tactical.

La Escort AimGuard es una escopeta de repetición producida por la empresa turca Hatsan para tareas antimotines. Dependiendo del largo del barril (46 o 51cm), puede almacenar 5+1 ó 7+1 cartuchos de 12mm. La culata es de polímero, pesa 2,9kg, cuenta con seguro y un diseño ergonómico lo que permite una carga fácil y rápida.

El jefe de la Zona Metropolitana Este de Carabineros, general Enrique Bassaletti, señaló que el 100% de los carabineros han usado cartuchos no letales. “La escopeta está diseñada para que haya un contacto físico entre el perdigón y la persona, no es un ruido al aire. Está diseñada para que esa lesión se produzca de manera leve, que produzca dolor, para que esos manifestantes se puedan contener. El problema es que es difícil, pero no imposible, contener el tiro”, argumentó a radio Biobío.

El general detalló que, si un carabinero dispara una escopeta antidisturbios a 30 metros, la dispersión de los perdigones es importante. Explicó que si éste apunta a dos manifestantes con esa distancia, hay una alta probabilidad de que a otras personas les llegue un perdigón. “La instrucción es apuntar en declive, o sea, apuntar hacia abajo, para que llegue a las extremidades inferiores”, aclaró.

Fotos 1, 2 y 4: Carabineros.

Foto 6: Hatsan.

Fotos 3, 5, 7 y 8: T13.



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