Una delegación de oficiales de la Armada de Chile realizó una visita técnica a las instalaciones del complejo naval de Itaguaí el día 4 de julio para conocer el Programa de Desarrollo de Submarinos (Prosub) de la Marinha de Brasil.
La comitiva fue recibida por el gerente de Construcción Modular de Submarinos, contraalmirante Celso Mizutami Koga, quien efectuó una presentación de las características del programa que contempla la producción de un submarino propulsado por energía nuclear (SN-BR) y cuatro submarinos diésel-eléctricos basados en el modelo Scorpène de Naval Group.
El ejecutivo expusó los desafíos que ha implicado poner en marcha Prosub, el estado de avance logrado, los plazos de entrega previstos para las unidades y dejó abierta la posibilidad de establecer alianzas con la Armada de Chile. La institución opera los submarinos SS-22 General Carrera y SS-23 General O´Higgins de la clase Scorpène y deberá reemplazar en la próxima década los submarinos SS-20 Thomson y SS-21 Simpson de la clase 209/1400L.
Los oficiales chilenos recorrieron posteriormente la Unidad de Fabricación de Estructuras Metálicas (UFEM) encargada de la producción e instalación de estructuras livianas y equipamiento y visitararon los astilleros de construcción y mantenimiento para los submarinos, la base naval y el complejo de mantenimiento especializado.
La Armada de Chile deberá iniciar un programa de selección de una nueva generación de submarinos para reemplazar a las unidades de la clase 209/1400L que cumplirán su vida útil a mediados de la décado de 2020.
La institución espera contar con el financiamiento para poder convocar a una licitación internacional durante este gobierno. Mientras tanto, ha decidido emprender un programa de modernización para extender la vida útil de los submarinos SS-20 Thomson y SS-21 Simpson por otros 10 años. Los trabajos se realizarán en la planta industrial Talcahuano de Asmar.
Los astilleros intenacionales están muy pendientes del inicio de este proyecto ya que el número de usuarios de submarinos es muy reducido y la inversión para adquirirlos es muy alta. En la actualidad solo empresas europeas tienen experiencia en el diseño y en la construcción de submarinos convencionales de propulsión diésel-eléctrica.
Se espera que al momento de apertura del proceso presenten sus propuestas Naval Group de Francia con el Scorpène 2000, Saab Kockums de Suecia con el A26 y Thyssen Krupp Marine Systems (TKMS) de Alemania con el submarino clase 214.