La Armada española espera que los trabajos de reparación del cazaminas Turia empiecen el próximo mes de septiembre, o como muy tarde, en el mes de octubre. En la actualidad, el contrato está pendiente de la aprobación del Consejo de Ministros y de la adjudicación al astillero público Navantia.
El buque permanece en seco en las instalaciones de Navantia en Cartagena. La Armada y la compañía ya han hecho tareas de inspección y desmontaje. Tras la firma del contrato con el constructor naval, el plazo establecido para que el cazaminas esté a flote de nuevo es de 23 meses.
El contrato está valorado en unos 25 millones de euros e incluye la reparación del casco y de los equipos dañados para dejar el buque en el estado anterior al accidente. La Armada señala que “los equipos dañados y obsoletos se sustituirán por equipos nuevos equivalentes”.
El buque quedó varado frente a la playa del Banco del Tabal en las proximidades de La Manga del Mar Menor el 27 de agosto de 2019, al chocar contra un lecho rocoso. El cazaminas participaba en las labores de búsqueda y recuperación de los restos del avión C-101 del Ejército de Aire estrellado el día anterior y en el que falleció el piloto que realizaba un vuelo de instrucción.
La operación de rescate, que costó unos 650.000 euros, tuvo lugar una semana después del incidente con el apoyo de Salvamento Marítimo y la compañía Ardentia Marine, contratada expresamente. Desde entonces, el Turia permanece en el dique seco y ha sido sometido a evaluaciones por parte de la Armada y Navantia para conocer el estado del caso y el alcance de la reparación.
El pasado mes de marzo, como recogió Infodefensa.com, la Armada confirmó la decisión de reparar el cazaminas Turia y anunció que el proyecto correrá a cargo del astillero de Navantia en Cartagena, que contará con la participación de empresas especializadas en cascos de fibra de vidrio.
La Armada explicó entonces que "siempre consideró necesario mantener el número de cazaminas con los que contaba, por tratarse del mínimo imprescindible para realizar las misiones que tiene asignada la Fuerza de Medidas Contra Minas, de alto interés estratégico para la defensa de nuestros puertos". También resaltó que la inversión prevista es "sensiblemente menor a la que supondría la adquisición de uno nuevo".
Tras el accidente, la flota de cazaminas está compuesta por cinco buques de la clase Segura (Segura, Duero, Tambre, Sella y Tajo) con base, todos ellos, en el Arsenal de Cartagena.