La Unidad Militar de Emergencias (UME) ha presentado recientemente su campaña anual de Lucha Contra Incendios Forestales (LCIF), activa desde el 1 de junio hasta el próximo 30 de septiembre. El nuevo plan contempla una serie de mejoras, destinadas a incrementar la seguridad y movilidad de los batallones intervinientes, así como una actualización de las capacidades tecnológicas, entre las que se incluye la incorporación de un nuevo vehículo terrestre no tripulado (UGV, por sus siglas en inglés) de ataque directo e indirecto.
Este robot terrestre, diseñado por la empresa asturiana Svmac, es una "máquina automotriz teleoperada”, señala el Ministerio de Defensa. Permite llevar a cabo trabajos de apoyo a los intervinientes en los incendios, mejorando su seguridad y complementando el trabajo de las máquinas de ingenieros de tipo bulldozer. El fabricante firmó en septiembre del año pasado un contrato con la UME de algo más de 200.000 euros para el suministro de esta primera unidad.
La previsión de cara a este año es adquirir otros cuatro más que estarán en servicio en la Unidad de Drones de la Unidad Militar de Emergencias (Udrume), como publicó Infodefensa.com.
La campaña de este año incluye una mejora también de la capacidad de comunicación por Tetrapol y contempla el empleo de Vehículos de Intervención en Áreas Contaminadas, más conocidos por las siglas Vintac, en defensa de puntos críticos o sensibles, siempre y cuando el acceso a los mismos lo permita.
Todas estas novedades en el apartado de material serán aprovechadas directamente por las 31 secciones de intervención para ataque directo que la UME tiene alistadas actualmente, agrupando a más de 1.400 efectivos y otros 1.500 involucrados en tareas de apoyo. Para ello, adicionalmente a sus ubicaciones habituales, se activarán destacamentos en las islas de Mallorca, Menorca e Ibiza.
Papel protagonista de los apagafuegos
El Grupo 43 del Ejército del Aire y del Espacio operará diez aviones apagafuegos CL-215 y CL-415, repartidos en ocho destacamentos y desplegados de manera escalonada en Zaragoza, Pollensa, Santiago de Compostela, Málaga, Badajoz y Torrejón. Por su parte, el Batallón de Helicópteros de Emergencia (Bheleme II) del Ejército de Tierra aportará sus dos HU-26 y dos HU-27, que operarán desde la base madrileña de Colmenar Viejo y la valenciana de Bétera.
La UME también estará preparada para intervenir en misiones en el extranjero a través de solicitudes por parte de organismos de Naciones Unidas (OCHA), de la Unión Europea, mediante el Mecanismo de Protección Civil RescEU o de algún convenio bilateral de cooperación y asistencia mutua.
Probabilidad de intervención "moderada"
Según datos oficiales, hasta el 30 de abril de este mismo año, se han registrado un total de 771 incendios, que han afectado a una superficie forestal de aproximadamente 16.201 hectáreas, muy por debajo de la media de los últimos diez años. En los últimos meses, la Unidad Militar de Emergencias ha intervenido en dos incendios, uno en la provincia de Cádiz y otro en la de Alicante.
Durante la presentación de la campaña el teniente general Francisco Javier Marcos explicó que la probabilidad de intervención este verano en la extinción de incendios es "moderada", tras el cambio de pronóstico en los últimos veinte días como consecuencia de las lluvias y la bajada de las temperaturas. El jefe de la UME subrayó también que “las zonas más preocupantes serían el Levante, Murcia y las Islas Canarias y, a partir de agosto, también Castilla y León y Galicia".
Tras el acto de introducción de la campaña, celebrado en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), la ministra de Defensa, Margarita Robles, afirmó que la UME “da una tranquilidad muy especial, y es un motivo de satisfacción para todos”, señalando, además, que “junto con la excepcional profesionalidad de la Unidad, destaca el factor humano, por lo que es tan bien recibida y esperada”.
En relación a la LCIF, Robles destacó, por un lado, la labor excepcional que realizan los aviones anfibios del Grupo 43 y los helicópteros del Ejército de Tierra en actuaciones “perfectamente coordinadas con todos los mecanismos de emergencias de las comunidades autónomas”; y, por el otro, la importancia de las inversiones para que estas unidades especializadas puedan ir bien equipadas a una emergencia.