La hoja de ruta para alcanzar el 2%, en el aire ante la falta de acuerdo para renovar los presupuestos

España tendrá que prorrogar los presupuestos de 2023 al no alcanzarse un acuerdo parlamentario para dar luz verde a las nuevas cuentas. Es decir, si entre los aliados OTAN España ya iba a la cola de inversión y de cumplimiento del objetivo del 2%, este revés político podría suponer un nuevo retraso en dicha misión. 18 de los 31 países OTAN adaptarán este año sus presupuestos para alcanzar una inversión en Defensa del 2% o superior de su PIB. España ya iba tarde, pues pensaba llegar este año al 1,3% e ir creciendo paulatinamente hasta alcanzar el 2% de gasto en 2029. No obstante, la prórroga de los presupuestos de 2023 volvería a dejar la inversión en Defensa en el 1,2% que había el año pasado, al menos en teoría.

Todo es una teoría porque la realidad es que entre esta situación y lo que se ocurra finalmente hay muchas opciones. El motivo es que una prórroga presupuestaria a lo único que obliga es a no superar el techo de gasto, el resto es negociable y las posibilidades muchas y variadas.

Para empezar hay que diferenciar entre presupuesto y gasto. El primero es lo que se aprueba y el segundo lo que finalmente se invierte. El gasto no solo es el presupuesto de Defensa en sí, sino que hay que sumarle una serie de "extras", que pueden llegar del Ministerio de Industria, del Fondo de Contingencia, de posibles programas que surgen sobre la marcha por necesidades urgentes y concretas...

Tampoco son iguales las cifras nacionales que las que maneja la OTAN, el Sipri o la Agencia Europea de Defensa. Por ejemplo, para la OTAN se cuentan parámetros como Guardia Civil, pensiones de los militares en la reserva, etc. De echo, al final, las cifras de la OTAN coinciden más con el gasto que con el presupuesto. En resumen, cualquier posibilidad sobre cómo puede afectar la prórroga de los presupuestos generales a la inversión en Defensa hay que ponerla en condicional.

En la peor de las situaciones (o una de las peores), el revés parlamentario podría frenar en seco la senda de crecimiento inversor iniciada por el actual Gobierno en 2018, cuando se gastaba un 0,9%, y que se ha ido incrementando hasta hoy, cuando se invierte en Defensa un 26% más que entonces.

Esta senda de crecimiento se ve perfectamente en la evolución del Plan Anual de Contratación (Pacdef), que en 2024 incluía (en condicional) una previsión presupuestaria de 4.079.337.339,29 euros. La diferencia con años anteriores era clara. En 2021 el Pacdef fue de 2.868 millones de euros, en 2022 de 3.835,2 millones y en 2023 de 3.904 millones de euros. Y eso se traduce en contratos, en 2002 se hicieron 5.709 propuestas, en 2023 fueron 7.475 y para este año se esperaban 7.762. Este año 2024, además, el Pacdef incluye un añadido de 1.652.166.629,70 euros derivados de 50 acuerdos marco.

7.762 propuestas de contrato que, como su propio nombre indica, siempre han sido propuestas, no hechos, consumados por lo que, casi, casi, están tan en el aire cuando se incluyeron en el Pacdef como ahora con la prórroga presupuestaria.