El primer envío de carros de combate Abrams, de fabricación estadounidense de los 366 que ha encargado Polonia, llegó la semana pasada al país cliente. «Es un día importante para el Ejército», apuntó el miércoles, en el acto de recepción de estos 14 tanques, el ministro de Defensa del país, Mariusz Blaszczak. El objetivo, reveló el ministro, es contar con más unidades este mismo año para formar «un batallón de carros de combate Abrams», a los que califica como «los mejores tanques del mundo».
Varsovia encargó hace un año al fabricante norteamericano General Dynamics Land Systems 250 carros de combate Abrams, todos ellos de la más avanzada versión M1A2 SEP v3, por un coste revelado entonces de 1.148 millones de dólares. A principios de este año, Blaszczak, suscribió finalmente la opción contemplada en el primer acuerdo para adquirir otras 116 unidades más, de modo que la flota completa sumará 366 carros de combate. Además de estos, Polonia ha alquilado otras 28 unidades, de la variante M1A2 SEPv2.
Polonia lleva los últimos años inmersa en un ambicioso plan para renovar su flota de carros de combate, heredada en buena parte de la época soviética. En su inventario se incluyen viejos tanques T-72 junto a PT-91 Wardy y Leopard 2A4 de origen alemán, que en la actualidad está modernizando a la variante 2A7, también conocida como 2PL. En cuanto a los T-72M, en los últimos meses Polonia ha suministrado más de 300 unidades de este modelo a Ucrania, incluidas 60 de la versión local del T-72M conocida como PT-91.
Acuerdo con Corea del Sur
En paralelo a las compras de carros estadounidenses, la industria polaca suscribió a mediados del año pasado un acuerdo con la de Corea del Sur para el desarrollo conjunto de carros de combate y blindados de transporte de personal. En virtud de esta alianza, Polonia obtendrá un millar carros de combate derivados del modelo K2, en una nueva versión denominada K2PL, más una cantidad similar de vehículos de combate de infantería (IFV).
Con estas adquisiciones, Varsovia se enfila a conseguir su objetivo de contar con el “mayor ejército de tierra de Europa”, ante lo que sus dirigentes han considerado como “un grave riesgo de guerra con Rusia”.