La planta industrial Magallanes de Astilleros y Maestranzas de la Armada (Asmar), la Universidad de Magallanes (Umag) y Concretos de Magallanes (Concremag) realizaron el miércoles 4 de enero una nueva etapa del proyecto de reutilización de los desechos de la granalla para la elaboración de hormigón ecológico.
La iniciativa está basada en los pilares de reutilización de productos y generación de una economía circular, permitiendo reciclar los residuos de la granalla, escoria de cobre y elemento abrasivo que se utiliza para extraer la pintura del casco de los buques, hasta lograr el reemplazo de hasta un 75% del árido en hormigón de pavimento.
Tras pasar satisfactoriamente todas las pruebas de laboratorio, en esta fase se efectuó el vaciado de una mezcla producto de la recuperación de la granalla para confeccionar una losa de hormigón al interior de la planta de Asmar Magallanes con el propósto de ver y testear su comportamiento estructural en ensayos de resistencia y durabilidad.
Una nueva vida para la granalla
Como publicó Infodefensa.com, el problema de la granalla es que una vez utilizada ésta se pierde y se convierte en desecho. Asmar Magallanes implementó un plan que permitió recuperar un 60% del material a través de un proceso de secado y filtrado mientras que el 40% restante quedaba como material de desecho.
El administrador de la planta de Asmar Magallanes, capitán de navío Gonzalo Mitrovich, explicó que el proyecto, que partió en 2017, "es una iniciativa asociada a un proyecto de economía circular para tratar de darle un segundo uso al desecho de la granalla. Así que partimos trabajando en esa fecha con la Universidad de Magallanes para ver en que otro proceso podríamos usarlo y ahí nació la idea de utilizarlo como reemplazo de la arena en los morteros de cemento".
La primera fase del proyecto fue ver cómo se comportaba la granalla en un mortero y en la segunda etapa se examinó su durabilidad respecto de los ciclos de hielo y deshielo en la Región de Magallanes y Antártica Chilena y los ataques de sulfato que afectan a los hormigones en el clima austral del país.
El oficial destacó el inicio de esta nueva fase del proyecto expresando que "llegamos a esta prueba final que es un hito súper relevante porque nos permite llevar a la práctica con una losa de cemento para poder medir sus condiciones mecánicas del suelo".
La doctora en Ingeniería y Proyectos Civiles de la Umag, Yasna Segura, indicó que "tenemos un hormigón ecológico, por lo tanto es súper importante debido a que ya hemos pasado muchas fases para llegar a este momento. De aquí a futuro lo ideal sería que tengamos a nivel nacional una norma para áridos que permita utilizar áridos artificiales y áridos de residuos de la construcción".