La secretaria de Estado de Defensa (Sedef), Amparo Valcarce, ha sido muy clara con las empresas de Defensa, deben evolucionar, ponerse a la altura y convertirse en uno de los motores económicos y estratégicos del país. El Gobierno, según la Sedef, ha hecho su parte incrementando el presupuesto y asegurándolo en el tiempo, ahora le toca al ámbito empresarial. “Este es un mensaje al sector industrial”, advirtió Valcarce, “desplegamos un escenario de seguridad y confianza, de garantía de inversión no solo de un año, sino constante, sostenida y con objetivos muy claros”, así que espera “que la industria responda a este esfuerzo inversor”. En este sentido, la Sedef recordó al sector que “no puede trabajar como lo venía haciendo, tiene que dar no solo el salto de calidad, sino también el salto en la producción" y advierte de que "esto es absolutamente imprescindible”.
Con estas palabras, la Sedef ha pedido a la industria de Defensa española, durante un desayuno informativo del Club Diálogos para la Democracia, un cambio que responda al “esfuerzo inversor” realizado por el Gobierno, “un esfuerzo que se refleja en el incremento del 25,8% del presupuesto de Defensa en 2023”. Por su parte, el Gobierno, dijo la secretaria de Estado, se compromete a "mantener esa inversión en el tiempo". De hecho, recordó Valcarce, el presidente Pedro Sánchez se ha comprometido a llegar a un 2% del PIB en 2029 en base a un “aumento paulatino” que comenzará el año que viene con el 1,2% y se mantendrá año a año hasta llegar a lo acordado.
Los 4.900 millones de euros que el Gobierno destinará a Defensa en 2023 deben servir, según Valcarce, para que la industria española se coloque a nivel europeo en cuanto a tecnología se refiere, pero también en conceptos. Si la industria de Defensa es capaz de dar ese salto, “fortalecerá el tejido industrial y empresarial, creará más empleo de calidad altamente cualificado y permitirá una mayor vertebración social y económica del país”. La Sedef hizo referencia con estos puntos, entre otros aspectos, a que el sector requiere de una amplísima red de empresas tecnológicas auxiliares.
Para la secretaria de Estado, “afirmar que la inversión en Defensa es uno de los grandes factores estratégicos a gestionar no es exagerado”. De hecho, aseguró que “estos presupuestos también tienen que tener un impacto positivo en la lucha contra la crisis provocada entre otras circunstancias por la guerra de Putin”. Valcarce insistió en que el “esfuerzo inversor” del Gobierno en el sector “se hace varios motivos y el primero es reforzar nuestro liderazgo en exterior, además de revitalizar nuestro tejido empresarial tecnológico e industrial”.
La Sedef ha colocado la pelota en manos de la industria en un momento crucial para el sector, debido al cambio de percepción de la sociedad derivado de la invasión de Ucrania y la importancia que ha adquirido entre el gran público, a raíz de dicha guerra, el concepto de seguridad como garante del estado de bienestar. “Ha cambiado el nivel de riesgos y amenazas”, resumió Valcarce, y "ante esos cambios hay que responder dotándonos de instrumentos de seguridad y defensa adecuados”. Y todo pasa, según la Sedef, por la tecnología. En este sentido, Valcarce puso el programa del futuro avión de combate europeo, FCAS, como punto de inflexión de esa tecnología. Para la Sedef, la participación de España en el FCAS permitirá a la industria nacional el acceso a una tecnología puntera, “un salto cualitativo como el que supuso el Eurofighter en su momento”.