El proyecto Proaco es el programa estratégico del Ejército de Chile que apunta a la recuperación de capacidades de su material acorazado afectadas por obsolescencia técnica y logística. En 2020, las Fábricas y Maestranzas del Ejército (Famae) recibieron por vía directa el contrato para la formulación y ejecución de este proyecto estructurado en dos fases: la primera corresponde al desarrollo de una primera unidad que una vez aceptada se pasaría, en un contrato distinto, a la segunda etapa que corresponde a la implementación gradual por anualidades en la totalidad de las flotas intervenidas.
El material a modernizar es el sistema de control de fuego (SCF) del tanque Leopard 2 A4, el sistema de observación y puntería del carro blindado Marder 1 A3, las comunicaciones internas de la totalidad de la flota acorazada chilena y el sistema de control de fuego (SCF) del obús autopropulsado M109.
Transcurrido ya más de dos años del inicio del proyecto, Famae solo ha avanzado en la primeras unidades para la observación y puntería del carro blindado Marder 1 A3 y en las comunicaciones internas, con contratos a OIP Land Systems (Bélgica) y Aselsan (Turquía) respectivamente, cuyo avance aún es muy lento y sin resultados concretos a la fecha para un contrato firmado hace un año; en tanto que la solución para el SCF del material M109 se encuentra en desarrollo a través de la filial de Famae, Servicios y Soluciones Tecnológicas S.A. (S2T), desechándose la opción inicial con la empresa chilena Desarrollos de Automatización (Desa).
Atraso en la modernización del SCF del Leopard 2 A4
Sin embargo, el subproyecto de mayor relevancia del Proaco y que corresponde a la renovación del SCF del tanque Leopard 2 A4 aún se mantiene en total incertidumbre en su inicio; el proceso licitatorio ejecutado por Famae está enredado por impugnaciones hechas a la Contraloría General de la República por la empresa israelita Elbit Systems, fundamentado por su exclusión del nuevo proceso en curso; recordemos que inicialmente Famae, en 2021, había aceptado la oferta de Elbit, pero fue el Ministerio de Defensa Nacional quién objetó al Ejército la solución seleccionada ya que se pudo verificar que la solución técnica de la firma israelí era muy similar a la modernización en desarrollo para Argentina en la modernización de sus tanques TAM, lo que debió ser una condición excluyente según el Ministerio de Defensa de Chile y que no fue considerada en su momento por Famae.
De acuerdo a fuentes internas de Famae, el proceso ha tenido postergaciones mensuales desde el 28 de febrero de este año, esto en espera consecutiva de una respuesta de la Contraloría General respecto a las impugnaciones hechas por Elbit. Fuentes de interés del Ejército de Chile, estiman que es solo una condición autoimpuesta por la dirección de Famae para soslayar responsabilidades administrativas futuras que pudiera observar la Contraloría General en virtud del reclamo de Elbit, lo que mostraría una vez más que los procesos licitatorios realizados en el proyecto Proaco han carecido de rigurosidad técnica y administrativa, caso contrario, se podría entender que Famae no estaría en el actual escenario de crítica.
Todo esto también empantana los avances de los contratos de primera unidad para con OIP Land Systems y Aselsan, ya que sus soluciones deben ser necesariamente compatibles con el nuevo SCF del tanque Leopard 2 A4; para OIP LS debe tener funcionalidad entre ambos en los simuladores y para Aselsan, la necesidad de aplicación de los test de compatibilidad e interferencia electromagnética, de modo que sean funcionales entre sí.
Se suma además que lo contratado a OIP LS y Aselsan, pese a estar definido como una "primera unidad" de solución, se están ejecutando en la práctica como "prototipos" y no soluciones existentes en operación, lo que ha acarreado mayores tiempos de los acordados contractualmente y extrañamente bajo el consentimiento de Famae ya que por obviedad se deben ejecutar las pruebas, correcciones y validaciones. En tanto que para el caso de la solución del SCF de tanque Leopard 2A4 se intenta evitar este error y en las nuevas bases técnicas son bastante más concretas al exigir que la oferta que presenten las empresas interesadas sea una solución existe en operación actualmente en dicho material.
La demora en la toma de decisiones y errores evitables en los procesos internos de Famae han provocado retrasos que afectan transversalmente a todo el proyecto. Así también, esta dilación podría estar afectando colateralmente al presupuesto del proyecto ya que, por efecto de la guerra en Ucrania, han aumentado los costos y tiempos logísticos en el rubro de defensa.
A la vista de los hechos, podemos concluir objetivamente que Famae se ha mostrado poco eficiente a la hora de concretar oportunamente su compromiso contractual con el Ejército de Chile, lo que ha alterado el cronograma previsto por esta arma. Por otro lado, y según fuentes internas del Ejército, se mira con mucho escepticismo el éxito del proyecto Proaco tal como Famae lo está desarrollando y que, de no mediar cambios radicales en su gestión, se vislumbra un resultado poco satisfactorio, lo que sería muy lamentable a la hora de sopesar la inmensa cantidad de recursos previstos para este proyecto estratégico de la rama de la fuerza terrestre chilena.
Tarea compleja para el IDIC
El Instituto de Investigación y Control del Ejército (IDIC), como organismo receptor técnico de todo lo que adquiere para sí el Ejército de Chile, ya visualiza las complejidades señaladas en el desarrollo de esta primera fase y en lo concreto respecto a la interacción funcional entre los diferentes tipos de material intervenidos, siendo su principal objetivo asegurarle al Ejército que lo puesto en marcha en el Proaco tenga la funcionalidad sistémica deseada, tarea compleja toda vez que debe verificar su cumplimiento con un Famae que a la fecha no ha estado a la altura deseada.
Lo anterior ahonda la incertidumbre del accionar de Famae, por el hecho que en la actualidad existen dudas razonables del Ejército por la efectividad en la ejecución de sus actuales contratos de mantenimiento, donde se ha visto que la modalidad iniciada hace ya más de una década se encuentra bastante degradada en su gestión pese a que ha existido durante el periodo una fuerte inversión de recursos y que, sumado a un programa especial de mantenimiento tipo F6 con recursos adicionales a los anuales, no han dado los resultados esperados en términos de disponibilidad del material acorazado.
Finalmente, desde el sector de defensa también se ha criticado la pasividad que ha tenido el Ejército de Chile al no hacer uso de las condiciones contractuales con Famae para exigir lo conveniente o en tomar la decisión de utilizar sus organismos de adquisición propios y que lo deseado avance conforme a cronograma.
*Andrea Guidugli, fue director de ventas para Latinoamérica de Oto Melara (Leonardo) desde 2005 a 2017, ejerció también funciones en España y Centroamérica.