La empresa ucraniana Kvertus Technology está fabricando fusiles antidrones de largo alcance llamados KVS G-6 en la región occidental de Ivano-Frankivsk, cuya capital ha sido objeto de dos bombardeos rusos durante la guerra. Este sistema utiliza señales de radio para interrumpir el control del dron, tiene un alcance de tres kilómetros y medio y una bateria de 30 minutos.
El antidrón, según explica el director de tecnología de Kvertus, Yaroslav Filimonov, actúa inhibiendo "la comunicación", momento en el que "el dron simplemente pierde la coordinación y no sabe a dónde ir, pero no se daña”.
Según el fabricante, el arma puede interrumpir la transmisión de vídeo y control remoto a 2,4 y 5 GHz, así como las señales GPS L2 (y L1) y Glonass. También dispone de antenas de disco, amplificadas y direccionales.
En un vídeo de Radio Free Europe en el que se muestran las capacidades del rifle, Filimonov explica que el diseño se hizo sencillo para que fuera fácil de manejar "incluso en una situación de estrés". Todos los componentes están ocultos dentro de un marco de plástico con una batería unida de forma similar a un cargador.
Los clientes son voluntarios, donantes y empresas
La empresa ha fabricado 80 KVS G-6 desde el comienzo de la invasión rusa y ya ha recibido encargos por otros 100 más. Filimonov dijo que muchos de los pedidos han venido de "organizaciones de voluntarios, donantes y empresas que compran nuestros dispositivos para las unidades militares que luchan en el frente".
Kvertus lleva ofreciendo el dispositivo antidrón desde al menos enero de este año, antes del inicio de la invasión rusa de Ucrania. Cada sistema cuesta 12.000 dólares.