El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, baraja la posibilidad de entregar el avión presidencial, el Boeing 787-8 Dreamliner, a la empresa de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) de México que administrará el nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) -y otras obras- para que sea comercializado, en caso de no concretarse su venta.
Así lo expresó, recientemente, en la conferencia matutina que transmite a diario: "Si vemos que no se compra el avión, lo vamos a pasar a la empresa que se está constituyendo para manejar el Aeropuerto de Santa Lucía (hoy AIFA), el Tren Maya, los Aeropuertos de Tulum, para que esa empresa lo administre y pueda rentarse para viajes a familias, empresas y obtener recursos".
El presidente anunció la creación de esta empresa en el aniversario de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM), en febrero pasado, la que se denominará como Olmeca, Maya, Mexica.
Sin comprador a la vista
"Heredamos ese avión. Se hizo una rifa, ya obtuvimos recursos y con ese dinero se mejoraron centros de salud, escuelas. Sin embargo, no hemos podido vender el avión porque es tan lujoso que no hay quien lo quiera comprar y lo tenemos que vender al precio del avalúo. Entonces en eso estamos, no descartamos que se pueda vender", agregó López Obrador, quien también mencionó el enero anterior que evaluaba intercambiar la aeronave presidencial por una flota de helicópteros.
El mandatario reiteró que "aún teniendo parado el avión y garantizando el mantenimiento que requiere", el país ahorra no usándolo. "Cuánto me puedo gastar en un año por mis viajes por el país, para lo que costaría que yo usara ese avión, que además ni debieron adquirirlo. Además, es ofensivo, habiendo tanta pobreza, trasladarnos en un avión así", sostuvo.
Precisamente, este mes vence el plazo que el Gobierno de México ha dado a la compañía Global Jet Mónaco que promociona el Boeing 787 para su venta.