(Infodefensa.com) Gabriel Porfilio, Montevideo – Arribaron a la Base Aérea Nº II en Durazno, centro del Uruguay, los tres aviones de ataque ligero Cessna A-37B Dragonfly donados a la Fuerza Aérea Uruguaya por la Fuerza Aérea Ecuatoriana.
Tras un periplo que los llevo por buena parte de América del Sur, las tres aeronaves acompañadas del avión de transporte C-130 Hércules, en el que viajaron las tripulaciones y técnicos, aterrizaron sin novedad en la base aérea donde fueron recibidos por una comitiva que los estaba esperando.
Estas tres aeronaves se suman a las otras tres en orden de vuelo existentes en el país y se especula que con los repuestos recibidos se podrían retornar al servicio uno o dos aparatos más, con lo que se volvería al entorno de siete u ocho operativos. Además, se está reparando al menos una turbina más de este mismo tipo, lo que también ayudaría a recuperar la operatividad.
Principal vector de caza
Conjuntamente con las aeronaves, se enviaron tres contenedores de cuarenta pies cargados de repuestos que llegarán a Uruguay por vía marítima en un mes y medio aproximadamente. En primera instancia los pilones para el lanzamiento de misiles Shafrir no fueron incluidos en la transferencia (aunque si el cableado y sistemas asociados), pero si los receptores de alerta radar, interrogadores IFF y la provisión de una mira de tiro mejorada con respecto a la que poseen los aviones uruguayos.
El Cessna A-37B es el principal vector de caza/ataque de la Fuerza Aérea Uruguaya, que aún se encuentra en negociaciones con el gobierno de Suiza para la adquisición de unos diez a doce F-5E/F Tiger II. Mientras esto no suceda, se deberá mantener al máximo la operatividad de este pequeño reactor polivalente, que ha probado ser muy noble para Uruguay.
Fotos: Cortesía de Carlos Maggi