China se apunta como posible comprador de los portahelicópteros franceses Mistral

La visita que el portahelicópteros francés Díxmude inició el sábado a la ciudad de Shanghái (imagen de abajo) ha llevado a distintos medios a especular con la posible venta a China de los dos buques de esta clase que el país no acaba de entregar a Moscú. Francia ha paralizado el suministro de los buques a Rusia, que se los encargó en 2011 mediante un contrato de 1.200 millones, en represalia por el papel del gigante euroasiático en el conflicto ucraniano.

El periódico Want China Times ha apuntado que la visita del buque de asalto anfibio de la clase Mistral, de los que Francia cuenta con tres unidades, podría responder a la intención gala de ofrecer a Pekín los barcos que no ha entregado. En caso de ser así y de aceptar finalmente, “China adquiriría buques de desembarco modernos que nunca antes tuvo”, ha apuntado el experto del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías de Rusia, Vasili Kashin.

En caso de cuajar la operación, los grandes perdedores serían Estados Unidos y sus aliados de Asia, ha añadido, según recoge la agencia internacional rusa Sputnik. En esta ocasión, ha explicado, Washington tendría serias dificultades para detener la operación –como sí parece haber logrado en el caso del suministro a Rusia, precisamente por los grandes esfuerzos que le ha supuesto tratar de evitar su entrega a Moscú.

Más dificultades para esta posible venta a China plantearía el embargo que la Unión Europea mantiene al suministro de armas a Pekín desde 1989, año de la matanza de Tiananmén. Sin embargo, el experto recuerda que el Consejo de la UE “no emitió una lista específica sobre las restricciones y cada país comunitario adoptaba sus propias listas, con lo cual las exportaciones de equipos y tecnologías a China se mantuvieron y en algunos años alcanzaron cientos de millones de euros”. De este modo, “lo que en realidad impedía la ampliación de las ventas era la intención de los gobiernos europeos de no deteriorar las relaciones con EE UU”, concluye tras incidir que para Francia estas limitaciones conciernen al material destinado a matar, y los Mistral casi no llevan armas, lo que facilitaría su transferencia a Pekín sin ningún tipo de armamento, “clasificados como cargueros o logísticos”.

En todo caso, la última palabra sobre el contrato ruso aún no está dicha. El Kremlin ha señalado que tiene de plazo hasta este mismo mes para tomar una decisión definitiva en vista a la actitud francesa acerca de los buques, que pese a la suspensión de las entregas se han seguido construyendo y probando. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha adelantado que, en todo caso, su país no impondrá sanciones contra Francia.

Los dos buques ya están construidos

París y Moscú firmaron, a través de los astilleros franceses DCNS y la intermediaria rusa Rosoboronexport, un contrato de suministro de dos buques de asalto anfibio de la clase Mistral por 1.200 millones de euros hace cuatro años. Cada uno de estos barcos tiene una eslora de casi 200 metros y es capaz de acoger dieciséis helicópteros, cuatro lanchas de desembarco, setenta blindados y 450 soldados.

La primera unidad de las embarcaciones encargadas por Moscú, cuyo nombre previsto es Vladivostok, está acabada desde el pasado otoño, mientras que la segunda, el Sevastopol, se prevé que esté listo para ser entregado durante el próximo mes de octubre.

Foto: DCNS y Ministerio de Defensa de China