El Gobierno ha aprobado en el Consejo de Ministros de este martes el ascenso a almirante de Eugenio Díaz del Río Jáudenes y su nombramiento como nuevo Almirante de la Flota (Alflot) de la Armada. Coge el testigo del almirante Antonio Martorrell Lacave, jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema) desde principios de este mes de febrero.
Eugenio Díaz del Río Jáudenes nació en Vigo el 11 de octubre de 1961. Ingresó en la Escuela Naval Militar en 1980 y recibió su despacho de alférez de navío en 1985. Entre sus destinos en buques destaca su etapa como comandante de la fragata Méndez Núñez, del patrullero de Toralla, de la corbeta Vencedora y del patrullero cañonero Laya.
Ha sido comandante del Cuartel General Marítimo de Alta Disponibilidad, almirante de la División de Planes del Estado Mayor de la Armada, jefe del gabinete del Ajema, consejero técnico del gabinete del ministro de Defensa y ha estado destinado en el Estado Mayor de la Flota.
En el extranjero estuvo destinado en Northwood (Reino Unido), como jefe del Mando Naval de la OTAN (Marcom) y en la agrupación SNMG-2. Es diplomado en Estado Mayor y tiene la especialidad complementaria de analista de sistemas integrados.
Díaz del Río está en posesión de la gran cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (RMOSH), una gran cruz al Mérito Naval con distintivo blanco, seis cruces al Mérito Naval con distintivo blanco, una cruz al Mérito Aeronáutico con distintivo blanco y diversas condecoraciones de organismos internacionales.
Recientemente, el nuevo Alflot asumió también el mando de la operación Atalanta de lucha contra la piratería en el océano Índico. En este caso, sustituyó al comandante de la Infantería de Marina, general de división Antonio Planells, que también ha estado de forma interina las últimas dos semanas al frente de la Flota.
El Alflot ejerce el mando de la Flota desde su cuartel general en el edificio Almirante Rodríguez Martín-Granizo, ubicado en la base naval de Rota.
La Flota está constituida por buques de superficie y submarinos, unidades de guerra de minas, unidades aéreas, unidades de guerra naval especial y órganos de mando a flote, junto con la Infantería de Marina, que proporcionan a la Fuerza Naval las capacidades de proyección del poder naval sobre tierra, protección, libertad de acción, apoyo logístico operativo y guerra naval especial. Estas capacidades en conjunto dan a la Fuerza Naval su carácter expedicionario.