El proyecto de presupuestos generales del Estado presentado en el Congreso de los Diputados contempla partidas para la Defensa Nacional por un importe total ligeramente por encima de los 10.000 millones de euros. Esa cantidad incluye el total para el Ministerio de Defensa y la partida incluida en el Ministerio de Industria para I+D+i militar.
En total, algo más de un 3% sobre todo el presupuesto del Estado. Si añadimos la partida para atender a operaciones exteriores, a cargo del fondo de contingencia, la Defensa Nacional dispondría de casi 11.500 millones de euros en 2019 en el caso de aprobarse los presupuestos. Sería un buen titular y es una cifra que aparentemente puede justificar el optimismo que manifestó el secretario de Estado de Defensa, Ángel Olivares, en su reciente comparecencia. Lamentablemente también avala su afirmación de que no es suficiente. Sobre todo, si entramos en los detalles.
Aproximadamente un 42% de las disponibilidades totales las recibe el capítulo de personal donde, por cierto, no mejoran las retribuciones del personal militar. Aproximadamente un 17% se destina a organismos autónomos, CNI u otras obligaciones. El 41% restante se destina a inversiones. De nuevo una situación que parece equilibrada en la que estas últimas rondarían los 4.600 millones. Una cifra ciertamente importante pero también engañosa. Intentaremos desglosarla.
Incluimos 700 millones de euros a cargo del fondo de contingencia. La asignación está condicionada a sucesivas aprobaciones del Consejo de Ministros. Su carácter obliga a que su disponibilidad no permita establecer compromisos plurianuales y los créditos tengan que ejecutarse en el ejercicio. En el mejor de los casos, los gestores dispondrán de escasos ocho meses para poder gestionarlos.
Además contemplamos 684 millones de euros incluidos en el Ministerio de Industria para nuevos programas especiales. Afectará previsiblemente a las fragatas F110 y al programa 8x8. Sin duda, una buena noticia porque permite iniciar dos de los programas prioritarios para el futuro y que abre el camino a las inversiones autorizadas durante el segundo semestre de 2018 y que, en total, supondría casi 13.000 millones de euros de inversiones durante la próxima década. Nuevamente se recurre a la vía de prefinanciaciones. Una fórmula útil y con múltiples ventajas, pero también con inconvenientes a largo plazo.
La partida de pagos de obligaciones derivadas de contratos de programas especiales asciende a 2.164 millones de euros. Casi un 50% del total disponible para inversiones y, este es un dato importante, dos tercios de las disponibilidades del ministerio en política de modernización. Sin duda una cantidad que hay que atender pero que sigue lastrando el futuro de tres políticas clave: innovación, modernización y desarrollo industrial. Por supuesto afecta también a la preparación y el sostenimiento de las unidades.
Las cifras y datos que apuntamos dejan, grosso modo, 1.000 millones de euros para necesidades de vida y funcionamiento (unos 600 millones) y modernización de las FAS (unos 400 millones). Para esta última, los Ejércitos dispondrán de escasamente 300 millones para atender a sus necesidades de preparación y sostenimiento; y la Secretaría de Estado de Defensa de unos 100 millones para políticas de infraestructura e I+D+i. Por establecer un parámetro de comparación, y sin ánimo de cuestionar otras necesidades, los mismos presupuestos presentados por el gobierno asignan 376 millones al ente público RTVE y 125 millones para atender las necesidades de los partidos de cara a atender los compromisos electorales previstos.
Ciertamente las disponibilidades reales del Ministerio de Defensa no permiten demasiado optimismo y nos inclinan a cambiar el titular puesto que tan sólo un exiguo 10% de las disponibilidades financieras de la defensa nacional estará a disposición de la titular del departamento para hacer políticas. Unas políticas e inversiones en Defensa en sus vertientes militar e industrial que como la propia Robles reconoció en un reciente encuentro son trascendentales para la vertebración nacional de España.